LA MAYORÍA de los sondeos, las declaraciones de dirigentes políticos y, sobre todo, las tan espontáneas como multitudinarias expresiones ciudadanas de ayer evidenciaron que el ganador del debate presidencial en España fue el conservador líder los populares, Alberto Núñez Feijóo.
Más allá de las consabidas críticas que se dan entre el oficialismo, liderado por el jefe de gobierno socialista Pedro Sánchez y la oposición, abanderada por Núñez Feijóo, este último más claro, contundente y sobre todo propositivo, al punto de que sorprendió con su frase: “si yo gano me harás presidente, si usted gana estoy dispuesto a hacerlo presidente’.
Con esa expresión ofreció al jefe del Ejecutivo firmar un documento entre el Psoe y el PP (Partido Popular), un pacto de caballeros, que permita investir a la lista más votada en las generales de este 23 de julio, lo que obviamente Sánchez rechazó con la frase “tiene usted sentido del humor”.
La propuesta, aunque parece ‘descabellada’, que pondría fin a las criticadas alianzas políticas para gobernar como la que Sánchez se ha visto forzado desde hace cuatro años con formaciones ideológicamente distantes y hasta contrarias como la desaparecida Podemos (izquierda radical), ERC y Bildu (independentistas catalanes y vascos), cuyos líderes hacen campaña presumiendo de la influencia que tienen sobre el actual gobierno socialista, evidenciada en que “se ha visto obligado a negociar, semana a semana, con nosotros”, según afirmó en la antesala del debate el portavoz de Esguerra Republicana en el Congreso.
Si antes del único cara a cara entre los dos más opcionados para gobernar España tras el 23J las encuestas reafirmaron que el PP será el más votado, proyectando según la firma entre 132 y 150 escaños -notable repunte frente a los pasados comicios generales-, mientras que el PSOE perdería como mínimo 15 de los actuales, con el peligro inclusive de quedar por debajo del centenar, los trackings diarios realizados tras el debate coincidieron en dar como ganador del mismo (y de lejos) al líder conservador.
Le puede interesar: Factor Amaya volvería a ser decisivo en elección de Boyacá
Ejemplo de ello, el sondeo flash de Data 10 realizado para Okidiario, según el cual el 46.7% de los indagados consideró que el vencedor fue Núñez Feijóo frente al 23.3% que se decantó por Sánchez. El mismo dejó un dato espectacular: una audiencia de 11,3 millones de espectadores únicos.
Analistas, columnistas, ciudadanos e inclusive decenas de asesores de Sánchez coinciden en esta percepción del debate. Estos últimos admitieron no sólo que últimos optaron por expresaron que su jefe perdió, sino que “fue un desastre”. Así el comentario más repetido ayer entre ellos y los militantes socialistas, según reportó el portal Ok Diario fue: “menos mal que Feijóo que no aceptó los seis que propuso Sánchez”.
Es que desde las críticas e ideas expuestas hasta el lenguaje corporal y el tono de la voz fueron decisivos en este cara a cara que para el candidato conservador tenía como objetivo apelar al voto útil, de mayoría, con claro llamado a los seguidores de Vox que antes fueron del PP al igual que a los socialistas descontentos con el sanchismo, mientras que para el jefe de gobierno convencer a los indecisos.
Como reseña el columnista Fermín Bocos (Europapress), “media España pudo ver a un político sereno que, con solvencia, sentido del humor y buenas formas desarbolaba las embestidas de un Pedro Sánchez que compareció nervioso y con un discurso que en algunos momentos parecía errático…La flema de su contrincante le desarmó... Sánchez se empecinó en identificar a Núñez Feijóo con Abascal, el líder de Vox, pero el jefe conservador le recordó sus pactos con Bildu y ERC emplazándole a romper con la servidumbre de los extremos”.
Perdiendo los estribos
Pero el punch definitivo lo tuvo el líder conservador al cuestionar los índices económicos con los que Sánchez quiso sacar pecho en el encuentro, reivindicando la creación de empleo, el control de la inflación y el crecimiento económico, poniendo de relieve la reforma laboral.
Y ahí dio le dio pie al fundamentado contra ataque de Núñez Feijóo quien, con gráficos y cifras en mano le mostró, entre otras cosas, que el crecimiento del PIB español es de los más bajos de los países de la Unión Europea, que los españoles han sufrido la mayor caída de renta per cápita y poder adquisitivo, el incremento sostenido en el precio de las hipotecas (300 euros más al mes) y de los alquileres, además del aumento hasta de un 30% en los alimentos y rematando con la subida de hasta 42 impuestos en los últimos cinco años.
Todo ello, argumentó, demuestra que además de no tener una única política económica dentro del Gobierno. “Pasamos de la antigua "Champions League" económica del exjefe de gobierno José Luis Rodríguez Zapatero a la economía como una moto de Sánchez”.
Otro desacuerdo fue sobre la deuda pública. El líder del PP argumentó que con este gobierno, España se convirtió en el país de la UE que más la ha incrementado: un16% frente a un promedio del 8% lo que, en términos absolutos, representa 200 millones de euros al día.
Aquí Sánchez ya estaba más que nervioso, contraía la mandíbula en un gesto que denotaba ira e impotencia y, en lugar de explicar sus decisiones al respecto, con tono impostado puso el espejo retrovisor recordando que bajo el mandato de Núñez Feijóo en la Xunta de Galicia la deuda pública se "triplicó" en la región.
La ley del “si solo si” que permitió la excarcelación de cientos de acusados de agresiones sexuales y el inesperado giro en la política sobre Marruecos fueron los otros temas que sacaron chispas al gobernante español que, por lo anteriormente reseñado, desaprovechó este cara a cara, con el que esperaba remontar y dar la vuelta las encuestas que desde semanas atrás colocan a su partido en el segundo lugar de la intención de voto, con un resultado muy inferior al logrado en 2019.
“Un encierro para nada”
Tras el encuentro organizado por Atresmedia, el líder de los populares retomó su intensa campaña destacando que a diferencia de Sánchez quien se encerró cuatro días en la Moncloa “para nada” ante el debate, “yo tengo menos asesores y enormes ganas de explicar mi proyecto y decir la verdad”.
Dicho esto, apeló al voto útil al PP en las generales para evitar el "bloqueo" que, a su entender busca el presidente del Gobierno como hizo en 2016 con Mariano Rajoy y su "no es no" con el objetivo de repetir de nuevo las elecciones.
"Aquel 'no es no' y que parte del 'no' no has entendido, es la máxima aspiración otra vez de Pedro Sánchez", aseguró ayer Núñez Feijóo en un acto al aire libre en los Jardines de El Prado (Ciudad Real) ante un millar de personas que lo escucharon bajo una alta temperatura (40 grados) y le felicitaron por su buen desempeño en el debate.
El líder conservador volvió a referirse a la propuesta que hizo a Sánchez. “Es algo honesto. Debe gobernar el más votado, de forma que los ciudadanos vayan a votar sabiendo que no será presidente el que esté en los despachos y en contra de las urnas. Sigo pensando que la honestidad en política es determinante".
También cuestionó que la campaña socialista esté apelando al miedo que pretenden transmitir con su mensaje de que “hay que temblar por el túnel del tiempo” en alusión a las referencias a Vox, el partido también de derecha con el que lograría el PP mayoría parlamentaria. Para Núñez Feijóo, “el auténtico miedo que tienen es a las urnas".
Recalcó que el 23J se elige entre un Gobierno del PP que representa "cambio" o "más de lo mismo" y advirtió que en este momento ERC y Bildu "están envalentonados".
Por su parte, Sánchez se dijo satisfecho con el resultado del debate y a su llegada a la cumbre de la Otan, en la lituana Vilna, aseguró que su contrincante empleó una "montaña de mentiras" e hizo un uso "descarnado" del terrorismo de Eta.
Tras insistir que el debate dejó en evidencia “la inquietante táctica del PP de "abrazarse a Santiago Abascal y a Vox", se mostró confiado en que este 23, “la sociedad española va a seguir apostando por el avance y diga 'no' al retroceso” que para los socialistas significa votar conservador. Sin embargo, todas las encuestas señalan lo contrario y, el debate, fue otro paso en firme de Núñez Feijóo hacia la Moncloa.