Dudas sobre la CPI

Hubo reacciones encontradas en altas esferas colombianas frente a una noticia clave que se dio este semana en contra la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela. El Panel de Expertos Internacionales Independientes de la OEA urgió a la Corte Penal Internacional (CPI) que actúe sobre ese país debido a la posible comisión de crímenes de lesa humanidad por parte del régimen chavista. Para algunos funcionarios del gobierno Duque se trata de un hecho importante, pero para otros parecería claro que Maduro y compañía no le tienen miedo a la CPI. Lo cierto es que Colombia no afloja en este frente, al punto que en las últimas dos semanas pidió a Estados Unidos meter a Venezuela en su lista de promotores del terrorismo y urgió a la Interpol emitir una circular roja contra alias ‘Iván Márquez’, cabecilla de las disidencias de las Farc que se esconde en el vecino país.

Cifras en mano

Y hablando de Duque y Venezuela, el Presidente aprovechó, cifras en mano, el lanzamiento esta semana de la ley migratoria para evidenciar la necesidad de que la comunidad internacional aporte más para financiar la atención a los millones de migrantes expulsados por la dictadura chavista. “Nuestra actitud nunca ha sido mendicante y nunca lo será, porque si bien es cierto que hacemos el llamado a la comunidad internacional para apoyar con recursos, también somos lo suficientemente sinceros para decir que nuestro país invierte más de 1.000 millones de dólares por año en atención de una situación de esta envergadura”. Dijo que “las cifras más elocuentes sobre esto las enunciaba la propia Institución Brooklyn en los Estados Unidos, donde mostraba que lo que invierte la comunidad donante mundial en una crisis migratoria como la de Siria son más de 3.000 dólares por migrante, que la situación que se ha presentado en Sudán es de alrededor de 1.600 dólares por migrante y la que se vive en nuestra América no llega a 300 dólares por migrante”.

Jugada inteligente

La decisión del llamado “Pacto Histórico”, la base de la coalición petrista, en torno a presentar una lista cerrada al Senado “para garantizar que la mitad de las curules sean mujeres y muchos indígenas y afros además”, fue considerada como una “movida inteligente” por algunos dirigentes de izquierda, en la medida en que le permite al senador y candidato presidencial “controlar” la conformación de la plancha y que esta se deje arrastrar por su imagen y vuelo electoral. Hasta en el uribismo calificaron la decisión como una jugada que debe analizarse a fondo por sus implicaciones a la hora de las urnas.

“¡Déjala ser!”

Y hablando de Petro, la política da sorpresas. Por ejemplo, esta semana terció en el debate en torno a que el gobierno Duque no estaría apoyando la posibilidad de que la excanciller santista María Ángela Holguín llegue a la Secretaría General Iberoamericana. Frente a ello, el candidato de izquierda señaló que “… si lo que se necesita es el apoyo de Duque para que María Ángela Holguín sea una dirigente destacada de una asociación internacional de naciones, que lo hará muy bien, Duque debe darlo así no tengan la misma apreciación política. Duque recuerda la canción: ¡Déjala ser!”.