Noticias Caracol reveló en exclusiva los audios de los mercenarios colombianos implicados en el asesinato del presidente Jovenel Moïse en Haití.
Cada uno contó cómo fue el operativo en 15 horas de grabación que están en poder de las autoridades y el FBI de los Estados Unidos.
Según lo revelado por Noticias Caracol, el asalto en la casa del presidente de Haití el día del magnicidio duró alrededor de 30 minutos. Los exmilitares colombianos se organizaron en cuatro grupos donde se encontraba Víctor Pineda Cardona, quien es señalado de disparar contra el mandatario.
De tal forma que Pineda Cardona se encuentra en poder de los investigadores de Haití, puesto que era parte del Grupo Delta que ingresó a la habitación del presidente Moïse.
De acuerdo a los investigadores de Haití, en el primer piso de la casa se quedaron los otros comandos bajo el mando del coronel Mike (el capitán Rivera), quien se comunicaba constantemente con Capador por radioteléfono.
“Por eso la esposa del presidente Moïse en su testimonio dijo que quienes hablaban lo hacían en español”, señala el documento.
El segundo equipo, ubicado en el primer piso estuvo al mando de Jheiner Alberto Carmona y estaban: Eladio Uribe Ochoa, Alejandro Giraldo Zapata, Manuel Antonio Grosso y Jhon Jairo Ramírez.
El tercer equipo al mando de Edwin Enrique Blanquicet, conformado por: Carlos Giovanni Guerrero, Enalber Vargas Gómez, Gersain Mendivelso Jaimes y Jhon Jairo Suárez Alegría.
Y el cuatro grupo al mando de Ángel Mario Yarce, compuesto por Neil Durán Cacéres, Jhon Jader Andela, Miguel Guillermo Garzón y Alex Miyer Peña.
Con Moïse muerto, los mercenarios colombianos se concentraron en el dinero. Antes del operativo les habían informado que Moïse tenía entre 18 y 45 millones de dólares en su casa. En la habitación encontraron dos maletas y tres cajas al parecer cargadas de billetes.
El dinero, declararon, era para CTU, la empresa que reclutó a los mercenarios, y otra parte sería el pago de los colombianos. También se llevaron documentos del presidente y el sistema de grabación de las cámaras de vigilancia, según contó el capitán Germán Rivera.
“Las maletas se embarcaron en el primer vehículo donde iba con James, ahí se embarcaron las maletas, se embarcó el sistema de cámaras, se embarcaron unos sobres de manila que tenían unos documentos”, señaló el mercenario Rivera.
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Luego de esto, los mercenarios tomaron rumbo al Palacio presidencial donde se concretaría el golpe de Estado y los convertirían en su guardia personal.
“Capador nos llevaba para el Palacio, que porque en el Palacio nos iban a proteger allá, y estaba la Policía y la nos iba a proteger. Vamos despacio, bien despacio, porque está la mañana, apenas amaneciendo”, narró el mercenario Yarce.
“Me doy cuenta de que el primer vehículo se encuentra con unos carros que están atravesados en la carretera, que no nos van a dejar pasar. Al estar bloqueados ahí nos toca parar, nos bajamos de los vehículos y nos quedamos sobre la vía”, precisó Yarce.
En ese sentido, la policía del país les bloqueó el paso con camionetas y tanquetas. Los colombianos se refugiaron en una casa, esperando un rescate que les prometió Arcángel Pretel, ayuda que nunca llegó porque no existía.
“Eso fue una locura total, eso escuchar y recibir tanto impacto, tanto plomo. Eso fue bastante aterrador para todos ahí, uno siente mucho miedo. Le daban ahí a la puerta, a las paredes, luego se iban y le daban a la casa de abajo”, contó Carmona.
En medio de los disparos, murió el primer colombiano, el sargento Javier Romero y luego el sargento Duberney Capador, el hombre que reclutó a la mayoría de mercenarios y el militar más experimentado del grupo.
Rivera recordó ese momento: “Después de la granada nos fuimos para la otra esquina de la parte de atrás de la casa. En esa nos tiran otra granada en la misma dirección y una esquirla hiere a Capador. De atrás hacia adelante, una esquirla con orificio de entrada y orificio de salida. Ahí lo dejamos, tratamos con el paramédico de hacer lo que pudiéramos pero todos los botiquines, todo eso estaba en las camionetas".
Después murió el exsoldado Miguel Garzón, que al parecer se disparó por accidente, según el relato de Carmona.
La casa en la que se refugiaron fue atacada con muchas balas por parte de las autoridades haitianas. Es así como en la noche, los colombianos aprovecharon la oscuridad para moverse entre muros y llegar a la embajada de Taiwán.
"Luego entramos a la embajada, Mike nos decía: no, garra, aquí ellos no pueden entrar. Esto es otro gobierno, esto es tal cosa, esto aquí, o sea aquí estamos seguros, ya el embajador de Taiwán ya sabe que estamos acá”, añadió Carmona.
Pasaron la noche en la embajada de Taiwán y en la mañana del día siguiente las autoridades haitianas entraron y encontraron a los colombianos escondidos en una habitación.
“Estábamos ahí encerrados y ya empezamos a escuchar desde por la mañana que habían ingresado, estaban haciendo registro en la habitación donde estamos, y a la final se metieron, ingresaron, nos capturan, ahí pues nos colocan las esposas”, narró Carmona.