“Soy un optimista del desarrollo, un banquero comprometido y un entusiasta de todo lo que tiene que ver con la innovación. Mi pasión es conectar personas con ideas para acelerar el desarrollo y crear alianzas con organizaciones afines. Lidero el mayor banco multilateral de América Latina y el Caribe para mejorar vidas”. Este es el perfil que el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, publicó en Linkedin, en el que describe lo que durante 15 años hizo al frente del organismo multilateral.
Esta será la tarea que entregará a su sucesor en septiembre de este año.
Al señalar sus aciertos, Moreno dice que “más que los logros, es haber podido transformar el Banco con estos enormes cambios en los últimos 15 años. O sea, en términos de créditos, aprobamos algo más de US$200.000 millones, pero a mí no me gusta pensar simplemente en los montos de dinero”.
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Con su amplia experiencia como diplomático, periodista y hombre de negocios, Moreno, que ya se desempeñó como embajador en Estados Unidos, nació en Filadelfia, una ciudad de ese país.
En el COI
Lo que pocos se imaginan, es que desde 2016 figura como miembro del Comité Olímpico Internacional (COI). En su momento, Moreno afirmó que “tengo el honor de presidir el principal banco de desarrollo que hay en América Latina y una de las razones por las que me invitaron es que el Comité Olímpico quiere, como legado de las Olimpiadas, estar mucho más cerca de los temas de desarrollo, temas en los cuales el Banco Interamericano lleva trabajando desde hace algún tiempo”.
Desde que asumió la presidencia del BID en octubre de 2005 y posteriormente fue reelegido para un tercer mandato el 14 de septiembre de 2015, Moreno siempre ha sido el reflejo del desarrollo que el Banco le imprimió a América Latina.
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No en vano, el expresidente de la ANDI y exministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, dijo de Moreno en un escrito que “le debe Colombia reconocimiento por el BID y por una larga y brillante carrera al servicio de intereses nacionales y hemisféricos que en otras latitudes sería leyenda”.
Villegas destaca en una columna que en cuanto “Moreno, embajador en Washington, llegó al BID en 2005. El Banco prestaba al año US$5.000 millones. En 2020 prestará US$20.000 millones, cuatro veces más. El capital se dobló en ese tiempo, y la inversión del Banco en el sector privado de las Américas pasó de US$200 millones a US$7.000 millones a través de su filial, la CII”.
Indica Villegas que “Moreno ha logrado movilizar más de US$500 millones de las grandes empresas del mundo, cada año, a proyectos de emprendimiento, medio ambiente, educación, administración pública, vivienda y mitigación de riesgos, apalancados y administrados por el BID. Como prueba de su importancia para nuestro país, Colombia ha recibido en total US$17.500 millones, US$1.200 millones por año, desde que Luis Alberto dirige el BID”.
Habilidad
Señala Villegas que "Moreno sin duda abrió una agenda acorde con los tiempos: digitalización, bancarización, cambio climático, políticas públicas de cultura, inclusión, género y equidad".
A excepción de siete islas del Caribe, todo el hemisferio está en el Banco junto con 22 países de fuera de la región, 12 de los cuales son europeos; otros importantes son China, Israel, Corea y Japón. Moreno capoteó con liderazgo y éxito las dificultades de capitalización del BID en la crisis financiera de 2008, cuando la oposición del Gobierno de EU fue feroz y casi lleva al traste la cooperación norte-sur hemisférica.
Si no fuera por la mano hábil de Moreno, el Banco habría perdido a EU y así, su viabilidad. La crisis del Covid-19 es el reto para el Banco: queda bien reforzado en capital y en capacidad para atender una región que vive momentos inéditos de economía y de cohesión política y social”.
Gracias a la gestión del presidente del BID, ya están aprobados US$20.000 millones para la región, de los cuales unos US$15.000 millones serán préstamos a gobiernos, principalmente destinados a fortalecer los sistemas sanitarios para enfrentar al coronavirus.
Otra tarea positiva durante el periodo de Moreno al frente del BID, es que en muchas ocasiones respaldó a los estados latinoamericanos en sus negociaciones bilaterales de deuda con otros multilaterales como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Una de sus últimas intervenciones en esta tarea fue en Ecuador donde le dio un espaldarazo el presidente Lenin Moreno en las negociaciones de este país con los tenedores de bonos por US$17.375 millones.
Transformación
Tras asumir la presidencia, Moreno lanzó una ambiciosa transformación de la estructura organizativa y operativa del BID para hacerla más flexible y darle una mayor orientación hacia sus clientes. Entre otras, se iniciaron reformas para consolidar las salvaguardas sociales y ambientales, a la vez que se introdujo un sólido marco de evaluación y monitoreo.
Asimismo, Moreno también impulsó esfuerzos para promover la presencia de más mujeres en posiciones de liderazgo. Como resultado, el BID fue el primer banco de desarrollo regional en obtener una certificación EDGE, el principal estándar para metodologías de evaluación global y certificación de negocios en lo que atañe a igualdad de género. El Banco cuenta en este momento con 40% de mujeres en cargos de este tipo.
Durante la gestión de Moreno, la función de Recursos Humanos se convirtió en un elemento estratégico para la organización, con capacidad de llevar a cabo complejas iniciativas de gran escala, como la fusión hacia afuera del sector privado y la reorganización de BID Lab.
Entre los hitos de la labor de Moreno figuran: la aprobación en 2007 de US$4.400 millones en alivio de deuda para Bolivia, Guyana, Haití, Honduras y Nicaragua, los países miembros más endeudados de la región; la aprobación en 2010 del Noveno Aumento General de Capital, la mayor ampliación de recursos en la historia del Banco; la consolidación y expansión en 2016 de las operaciones del sector privado del Grupo bajo BID Invest; la recapitalización de BID Lab mediante históricas contribuciones de los países de América Latina y el Caribe en 2017; el lanzamiento de un fondo especial de donaciones en 2019 para ayudar a los países a integrar a los migrantes con las comunidades locales y contribuir a su desarrollo.