Ejercicios militares hay todos los años. Son una práctica común que ejercen las naciones para revisar sus capacidades bélicas y mostrar su poderío, pero cada cierto tiempo son utilizados para “disuadir” cualquier intención de un tercero que esté proyectando amenazas a su soberanía. Ese despliegue, sin duda, es lo que ha contemplado el sistema internacional de Estados en lo corrido de este mes.
En los 22 días que llevamos de agosto, China, Taiwán, Estados Unidos, Tailandia, Corea del Norte y Rusia adelantaron y siguen adelantando (mañana habrá nuevos ejercicios ordenados por Beijín) varias maniobras militares, y ayer Japón se sumó a esta lista, advirtiendo que hará lo propio motivado por las amenazas regionales de China.
Aunque algunos ejercicios han sido rutinarios, lo cierto es que la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán avivó la histórica disputa alrededor del precepto de “Una sola China”, incrementando las tensiones en la región. Tensiones que, dicho sea de paso, se han traducido en abundantes ejercicios militares que han acaparado la atención del mundo.
El primer país que comenzó a ejecutar esta práctica militar fue China, que sin duda vio la visita de la representante Pelosi como un respaldo de Washington a Taipei.
Así, y como una clara demostración de fuerza, los primeros ejercicios incluyeron fuego real en el mar que rodea a Taiwán, y que prolongaron por más de una semana. En su momento el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó preocupación por la continuación de los mismos pero descartó que esto implicara una escalada de tensiones.
No obstante, ese mismo día (8 de agosto) Taiwán inició un simulacro de defensa de la isla con fuego de artillería real y recriminó que China continental extendiera sus maniobras, calificadas por el ministro taiwanés de Relaciones Exteriores como el preámbulo de una eventual invasión.
"China ha utilizado los simulacros y su manual militar para preparar la invasión de Taiwán. La verdadera intención de China es alterar el statu quo en el Estrecho de Taiwán y en toda la región", dijo Joseph Wu con claridad.
Los ejercicios entre ambos países se extendieron hasta mediados del mes en medio de acalorados mensajes por parte de Beijín, que advirtió que no toleraría a separatistas taiwaneses, pero China luego los relanzó primero con Tailandia, posteriormente a razón de la visita de una delegación de parlamentarios norteamericanos a la isla, y la semana pasada indicó que mandaría tropas a Rusia para efectuar nuevas maniobras.
Los ejercicios Tailandia-EE.UU.
De rutina, los ejercicios "Ataque del Halcón" se celebran cada año desde 2015 hasta que fueron interrumpidos por el covid, solo que en esta ocasión coincidieron con las extensas maniobras chinas alrededor de Taiwán en una escalada de tensiones.
Tailandia lleva varios años buscando reforzar sus lazos militares con China, y compró material militar de esta nacionalidad tras un acuerdo firmado en 2017.
Alrededor de estos ejercicios en específico, Estados Unidos manifestó su preocupación ante la creciente presencia de China en la región, y lanzó maniobras conjuntas con sus aliados en Indonesia.
Washington prueba misil
Un par de días después, el 16 de agosto, Estados Unidos probó con éxito un misil balístico de largo alcance con capacidad nuclear. El país, vale referirlo, había pospuesto dos veces el lanzamiento para evitar avivar las tensiones sobre Ucrania y Taiwán.
De hecho, la Casa Blanca se encargó de dejar claro que esta demostración era ajena a la escalada de tensiones en el vecindario y que estuvo destinado a demostrar que la disuasión nuclear de Estados Unidos es segura, confiable y efectiva.
El Comando de Ataque Global de la Fuerza Aérea de Estados Unidos lanzó el misil balístico intercontinental "Minuteman III" sin carga sobre el Pacífico desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California (oeste del país), justo después de la medianoche local.
Este misil llevaba un vehículo de reingreso de prueba, que en un conflicto estratégico podría estar armado con una ojiva nuclear. El vehículo se desplazó por unos 6.760 kilómetros hasta el atolón Kwajalein, en las Islas Marshall, en el océano Pacífico occidental.
Los misiles norcoranos
Paralelamente, Corea del Norte disparó dos misiles de crucero, según el ministerio surcoreano de Defensa, con lo que puso fin a un mes de paréntesis en la serie récord de ensayos armamentísticos realizados este año por Pyongyang.
Corea del Norte, un país diplomáticamente aislado, no había probado desde enero misiles de crucero, y aunque este armamento no está prohibido por las actuales sanciones de Naciones Unidas al país, Estados Unidos y Corea del Sur advirtieron que el régimen de Kim Jong Un está preparando el séptimo test nuclear de su historia.
Este último ensayo norcoreano se produjo poco después de que los ejércitos estadounidense y surcoreano iniciaran unas maniobras preliminares antes de empezar un importante ejercicio conjunto anual.
China envía tropas a Rusia
Punto aparte, China indicó la semana pasada que enviará tropas a Rusia para participar en unos ejercicios militares conjuntos con el objetivo de "mejorar el nivel de la colaboración estratégica".
Pekín y Moscú mantienen estrechos lazos en materia de defensa y China aseguró que quiere llevar las relaciones bilaterales "a un nivel más alto", incluso con Rusia sujeta a sanciones occidentales por la guerra en Ucrania.
El ministerio de Defensa de China explicó que su participación en los ejercicios anuales "Vostok", que tendrán lugar del 30 de agosto al 5 de septiembre, es parte del acuerdo de cooperación bilateral entre ambas potencias.
El ministerio chino aseguró que también participarán en las maniobras India, Bielorrusia, Mongolia y Tayikistán, entre otros. Estas serán las segundas maniobras conjuntas entre China y Rusia este año, pues bombarderos de ambas potencias desplegaron 13 horas de ejercicios cerca de Japón y Corea del Sur en mayo, forzando la movilización de cazas de ambos países cuando el presidente estadounidense Joe Biden visitaba Tokio.
La movida de Tokio
Y la última ficha de este ajedrez la movió ayer Japón, cuando medios nipones informaron que Tokio está considerando desplegar más de mil misiles de crucero de largo alcance para mejorar su capacidad a hacer frente a las crecientes amenazas regionales de China.
La intención de la isla es la de ampliar su alcance de 100 kilómetros a cerca de mil kilómetros, lo que sería suficiente para llegar hasta la costa china así como a Corea del Norte.
Los misiles serían desplegados en torno a la región suroccidental de Kyushu, y en las pequeñas islas en las aguas suroccidentales japonesas, no lejos de Taiwán.
Vale referir que la fuerza militar japonesa no está oficialmente reconocida en la constitución de la posguerra, y los gastos en este sector deben estar limitados a las capacidades defensivas.
No obstante, las recientes tensiones geopolíticas, como la invasión de Rusia a Ucrania y la actitud cada vez más agresiva de China ante Taiwán, han generado llamados en el archipiélago a revisar y mejorar los programas de defensa en Japón.