Catatumbo, el “teatro de guerra” más complejo del país | El Nuevo Siglo
LA REGIÓN del Catatumbo tiene una amplia presencia de la Fuerza Pública pero aun así alberga no menos de 40 mil hectáreas de narcocultivos.
Foto Ejército
Sábado, 27 de Agosto de 2022
Redacción Política

“…El Catatumbo es el teatro de guerra más complejo que tiene el país, lo ha sido durante la última década y lejos de irse desactivando, año tras año suma más actores ilegales y circunstancias más complicadas”.

Esa es la percepción de uno de los altos mandos militares que estuvo hasta hace un par de años en la región. De hecho, esta zona de Norte de Santander fue noticia esta semana no solo porque una avanzada de seguridad que iba a la región para preparar la visita del presidente Gustavo Petro fue atacada, sino porque el propio Jefe de Estado terminó viajando el viernes pasado a El Tarra, uno de los dos municipios que son el corazón de esta conflictiva área que es, junto a Nariño, la de mayor densidad en extensión de narcocultivos en Colombia.

Más allá de los anuncios que hizo el mandatario, en torno a que convocará un primer congreso cocalero en el Catatumbo y que el Gobierno está planteando mecanismos de diálogo con todos los grupos armados que delinquen en la región, lo cierto es que el cruce de violencias en esta zona de Norte de Santander ha llevado a los últimos gobiernos a generar distintas estrategias para disminuir el accionar de guerrilla, paramilitares, carteles del narcotráfico y bandas criminales de alto espectro, sin que ninguno de los planes de choque dieron los resultados esperados.

La mayor prueba de ese fracaso es lo que pasa hoy en la extensa zona montañosa en la frontera entre Colombia y Venezuela. EL NUEVO SIGLO habló con altas fuentes policiales y militares de la región para conocer qué es lo que está pasando allí.

“Tenemos cerca de 40 mil hectáreas de hoja de coca sembradas en esta región que dinamizan la economía criminal y que involucran a organizaciones delictivas como el Eln, el Gaor 33 de las disidencias de las Farc, a ‘Los Pelusos’ y carteles de grupos de narcotraficantes que comercializan diariamente todos estos narcóticos que son enviados por diferentes rutas a mercados negros del exterior, especialmente por la ruta venezolana. Podemos decir que esa es la dinamita de todos los problemas en términos de seguridad que tenemos en la región”, precisaron las fuentes consultadas.

Agregaron que no solo es el problema del narcotráfico sino que todos estos grupos, sin excepción, “continúan con las prácticas ilegales de reclutamiento de menores de edad, jóvenes e incluso adultos. Además, a través de la intimidación a las familias afectadas no permiten que estos casos sean denunciados”.

“El Eln y el Gaor 33 son los que más reclutan por su alta injerencia que tienen en el Catatumbo y por su facilidad de pasar a Venezuela. Es una práctica recurrente y está evidenciada a través de las diferentes investigaciones”, señaló un oficial.

Reveló que “el Clan del Golfo, por lo general, trata de reclutar personal mayor de edad, que cuente con un mínimo de conocimiento de armas, enfocándose principalmente en personal reservista, pero estos no deben sobrepasar los 40 años de edad”.

A ello se suma que por los combates e intimidaciones hay recurrentes casos de desplazamiento forzado de población o de confinamientos en veredas y caseríos por semanas o incluso meses.



La ofensiva

Para las autoridades no es nada fácil combatir en esta zona, que tiene múltiples pasos montañosos y trochas que son imposibles de custodiar todas por más personal de las Fuerzas Militares y de Policía que se instale en la extensa región.

“… Día a día se viene atacando de manera directa los diferentes eslabones de la cadena del narcotráfico, desde la producción hasta la exportación. Operaciones de erradicación manual, operaciones sostenidas sobre corredores de movilidad tácticos y estratégicos. A la fecha en el 2022 se han incautado 15,6 toneladas de coca y 25,3 toneladas de pasta base de coca, afectando directamente las economías ilícitas de los narcoterroristas”, dijo la fuente castrense.

También se pudieron destruir cinco laboratorios para el procesamiento de alcaloides, al tiempo que se logró el decomiso de 6.379 galones de precursores químicos y 1.500 kilos de sólidos. Igualmente, se inmovilizaron motocicletas y otros elementos fueron decomisados.

Entre los golpes que se han asestado a los grupos ilegales recientemente se destaca el abatimiento en el municipio de Tibú, durante un enfrentamiento, de alias ‘Roque’, cabecilla de las milicias del frente 33 de las disidencias de las Farc.

De acuerdo con las fuentes oficiales, alias ‘Roque’ era uno de los encapuchados armados que hacían apariciones esporádicas frente a la alcaldía de Tibú. También la Policía y el Ejército lograron la captura de 11 presuntos integrantes del frente 33, algunos de los cuales salían “patrullando” o “haciendo retenes” en los videos filmados en las calles y afueras del municipio.

Pero más allá de este caso puntual, lo cierto es que la prioridad es romper la cadena de narcotráfico. “… En esta región aparecen diferentes carteles de narcotraficantes que exportan la droga hacia Centroamérica, Norteamérica y Europa. Aquí rondan muchos conflictos de intereses por estas rentas criminales de estos grupos ilegales”, indican las autoridades.

A la fecha se han realizado más de 60 “afectaciones” al Eln, 89 al Gaor 33, 62 al ‘Clan del Golfo’ y 47 al autodenominado frente “Libardo Mora Toro”, del ‘Ejército Popular de Liberación’, pero que es conocido como ‘Los Pelusos’. Este es uno de los grupos que años atrás tenía una predominancia en el Catatumbo pero ha ido perdiendo terreno no solo por los fuertes golpes de las autoridades, sino también por las ‘guerras’ con el Eln, el ‘Clan del Golfo’ y las disidencias y reincidencias de las Farc, que tratan de apoderarse de los negocios de narcotráfico, minería ilegal, contrabando y otros delitos que han crecido en la zona fronteriza con Venezuela.

De acuerdo con fuentes policiales “gracias a la ofensiva desatada contra los grupos delictivos y en especial contra la subestructura ‘Clan del Golfo’, esta ha sido afectada significativamente en sus diferentes componentes, especialmente en los de mando y control, razón por la cual sí se está contrarrestando la materialización del ‘plan pistola’ impulsado por los cabecillas principales de esa facción”.

Más presencia

Para las autoridades es clave que se requiere reforzar el pie de fuerza, aunque no se sabe qué decisiones tome el gobierno Petro a partir de su intención de reconvertir el Catatumbo, hoy en el primer lugar de narcocultivos, según las distintas mediciones, en “territorio de paz”.

“Les propongo, amigas y amigos del Catatumbo, salir de ese primer lugar del año pasado y construir el primer lugar de la paz de Colombia, la primera línea de la paz en Colombia; que aquí se puedan desarrollar las conversaciones de la sociedad y las conversaciones de quienes hoy hacen la violencia para dejar definitivamente las armas y pasar a una nueva era, la era de la paz en Colombia, que el Catatumbo sea la capital nacional de la paz, eso es lo que les proponemos”, precisó el presidente Gustavo Petro.

El mandatario advirtió: “Si aumentamos los cultivos de hoja de coca en el Catatumbo, aumenta la violencia, aumentan los muertos, aumentan las masacres, aumentan los líderes sociales asesinados, aumentan las fosas comunes”. Sostuvo que, aunque la hoja de coca puede suplantar rentablemente ingresos que la exclusión del Estado no permite en otro tipo de productos, también “nos lleva, lamentablemente, hacia más muerte en Colombia”.

En el entretanto, se proyecta que en Villa del Rosario, en el sector de La Parada, se construirá un gran complejo policial con múltiples “capacidades para enfrentar al crimen, con inteligencia, con Policía Judicial y, obviamente, con una capacidad disuasiva en términos de nuestras especialidades en el servicio”.

De igual manera se confía en la región que la normalización de las relaciones con Venezuela contribuya a mejorar la vigilancia policial y militar a ambos lados de la región limítrofe, lo que le quitaría a la guerrilla y las bandas criminales su principal corredor estratégico y válvula de escape.