Fáciles de ocultar o de deshacerse de ellas. Así son las llamadas armas 'hechizas', en boga hoy en día para cometer homicidios o atracos y de paso, convertidas en un dolor de cabeza para las autoridades.
De acuerdo con el director de Seguridad Ciudadana de la Policía, general Carlos Ernesto Rodríguez, entre el 1 de enero de 2017 y la fecha, han sido decomisadas casi 96 mil armas.
Pero lo que sorprende, según una fuente de inteligencia, es que el 47% de estos artefactos letales es 'hechizo' y su uso va en aumento dado que resulta mucho más barato que las armas reales. Además se puede comprar o alquilar.
“Entre las armas decomisadas fueron encontrados esferos que disparan proyectiles calibre 22 y que son fáciles de ocultar o deshacerse de esa arma una vez es utilizada”, indicó la fuente.
Añadió que también “son fabricados con tornillos dispositivos de un solo disparo, bordones o bastones y sombrillas, también habilitados para disparar un proyectil, incluso de calibre 38 largo”·
Así mismo, entre las armas decomisadas se encuentran revólveres y pistolas de diferentes calibres, escopetas, escopetas de fisto, changones, carabinas, ametralladoras, fusiles y lanzagranadas.
La mayoría de ellas son de contrabando e ingresan por las fronteras, por vía marítima e incluso por vía aérea.
“Muchas de esas armas ingresan como partes o repuestos de vehículos y de otros usos. Luego los criminales las arman y venden al mejor postor”, señalan los expertos en la lucha contra el tráfico de armas.
El general Rodríguez explicó igualmente que desde que está en vigencia la Ley 1801 de 2016, Código Nacional y Convivencia, han sido decomisadas 18.400 armas neumáticas, de aire, de fogueo y de letalidad reducida.
El oficial reveló a EL NUEVO SIGLO que las ciudades con mayor incautación de estas armas consideradas no letales son: Bogotá con 2.357 armas; Cali con 2.229; Medellín, 800; Popayán 395 y Cúcuta con 354.
De acuerdo con la información oficial, las armas traumáticas o neumáticas consideradas de baja letalidad no generan la muerte, pero sí pueden causar una lesión o un trauma grave que podría comprometer la integridad física de un ser humano.
Son de fácil adquisición, de acuerdo con Alberto López, un vendedor que ofrece este tipo de elementos supuestamente para la protección personal, a pesar de que son consideradas no letales.
López, sin embargo, reconoce que estas armas no letales son aprovechadas por algunos para cometer delitos.
Explica que muchas personas adquieren estos 'juguetes' tras aducir que pertenecen a un club deportivo o que simplemente la desean para protección personal o para jugar tiro al blanco en su casa o en una finca con amigos.
Lo malo, dice, es que ni siquiera se exige un documento de identidad ni se exige que hagan un curso de polígono para el uso correcto de esta arma recreativa.
“Nosotros aquí en San Andresito en Bogotá vendemos estas réplicas de revólveres, de pistolas, minisubametralladoras e incluso de fusiles. También tenemos a la venta rayos láser que pueden ser incorporados a estas armas y miras telescópicas. Además puñales tipo “Rambo” y navajas de las que usan los militares y policías”, precisó.
En cuanto a los precios, de acuerdo con la calidad de la pistola, revólver o fusil, van desde los $600 mil hasta casi dos millones de pesos. Además para su uso no se requiere un salvoconducto de tenencia o porte que expide la Industria Militar, Indumil.
Reveló que “no solo en Sanandresitos se venden estas armas, hay importadores que tienen sus propios negocios en diferentes sectores de la ciudad e incluso en algunos centros comerciales. También por las plataformas de internet e incluso las entregan a domicilio”.
“Una persona que no conozca de armas de fuego puede creer que está viendo una pistola original italiana o belga y por esta razón son las favoritas de la delincuencia”, indicó.
Señala que en cualquier expendio de armas neumáticas o traumáticas se pueden encontrar réplicas “triple A” de un revólver Smith & Wesson y de las pistolas Pietro Beretta, Glock, Walther o Sig Sauer, procedentes de China, Estados Unidos y de Turquía, entre otras naciones.
Gobernadores, alcaldes y autoridades en general vienen insistiendo al Gobierno nacional que se dicten normas para regular la importación, venta al público y uso de este tipo de artefactos.
Dolor de cabeza
De acuerdo con la información de la Policía, los delincuentes están utilizando estas armas para intimidar a los ciudadanos que desconocen la diferencia con las verdaderas.
Los expertos afirman que, pese a que la punta del proyectil es de goma y que su alcance es menor a un arma de verdad, puede causar graves lesiones como le ocurrió recientemente a un taxista en Villavicencio que fue asaltado por cuatro hombres que le dispararon en el abdomen.
“El taxista permaneció ocho días en la sala de cuidados intensivos por las lesiones que recibió en sus órganos”, acotó uno de los expertos.
El general Rodríguez dijo que desde la implementación de la Ley 1801 de 2016, “se han atendido por nuestras mujeres y hombres de la institución más de seis millones de comportamientos contrarios a la convivencia”.
Precisó que “entre esos comportamientos contrarios a la convivencia, 1.200.570 fueron requeridas por portar armas de fuego, elementos cortopunzantes o semejantes en áreas comunes y lugares abiertos al público”.
Para la Policía y para las mismas Fuerzas Militares, explican los expertos, las fábricas clandestinas de armas, en campos y ciudades, son un “dolor de cabeza” por cuanto se fabrican fusiles, escopetas, pistolas, revólveres, changones, entre otras que son vendidas y alquiladas a los grupos armados al margen de la ley, a la delincuencia común y a los grupos armados organizados.
“Hay fábricas clandestinas de armas de las otroras Farc que no entregaron luego de la firma del Acuerdo de Paz con el Gobierno nacional, fábricas de grupos armados al margen de la ley y de ciudadanos en campos y ciudades que se volvieron expertos en la fabricación de revólveres, pistolas y escopetas calibre 38 largo y que las venden al mejor postor. También las alquilan”, dijo una fuente del servicio de inteligencia militar consultado por EL NUEVO SIGLO.
Un vocero de la Sijin de la Policía Metropolitana de Bogotá, recordó que en un operativo ejecutado hace varios meses, “en una casa del barrio San Vicente Ferrer de la localidad de Tunjuelito, fue encontrado un sofisticado taller que fabricaba, reparaba, modificaba, comercializaba y alquilaba armas de fuego de diferentes calibres”.
Agregó que “el trabajo de la Policía es difícil y dispendioso, pero siempre vamos un paso adelante de la criminalidad y hemos clausurado numerosas fábricas clandestinas de armas en campos y ciudades que nutrían a las guerrillas, a las bandas criminales al servicio del narcotráfico y a la delincuencia común”.