Alístese para un ‘parche’ de arte latinoamericano en el Mambo | El Nuevo Siglo
La chilena Voluspa Jarpa presentará su proyecto ‘Sindemia’, ganador de la edición inaugural del Premio Julius Baer a las artistas latinoamericanas.
Foto Museo Malba
Jueves, 16 de Septiembre de 2021
Redacción Cultura

El segundo ciclo expositivo del Museo de Arte Moderno de Bogotá, Mambo, ya está al aire con tres muestras de artistas de la talla de la chilena Voluspa Jarpa, quien habla sobre el concepto de la ‘Sindemia’; y de las colombianas Luz Lizarazo y Alba Triana.

Esta temporada de exposiciones, que inició el pasado 28 de agosto, irá hasta el 6 de febrero del próximo año y abarcará temas como la resiliencia, el malestar social, en el caso de Jarpa; arte, ciencia y tecnología con Triana; y simbolismos, feminismos y feminidad, con Lizarazo.

Sindemia

Sindemia es la metáfora que utiliza Jarpa para analizar las violentas manifestaciones sociales que ocurrieron entre octubre del 2019 y marzo del 2020 en Chile. Así la artista chilena crea esta muestra multimedia in-situ que involucra fotografías, documentos de archivo, videos, mapas, esculturas, objetos, instalación, papel de colgadura y láseres, que proyectan más allá del espacio físico del Museo hacia su entorno circundante.

La exposición profundiza dentro de las sensibles cuestiones relacionadas con uno de los estallidos sociales más intensos en la historia de Chile, que culminó en una nueva Constitución que reemplazó la de los años 80 escrita durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). El proceso estuvo marcado por la violencia y actos severos de abuso policial, como sucedió recientemente durante el paro nacional en Colombia. 

Sindemia convoca a distintas disciplinas, saberes y experiencias a pensar el fenómeno de la protesta, de lo colectivo, de la resistencia, de la violencia y rebeldía con el objetivo de analizar: ¿Qué pasó?, ¿cómo lo narramos?, ¿cómo lo procesamos?, ¿cómo lo simbolizamos? Y de este modo poder afirmar: esto sí sucedió y no será borrado, pensando el ejercicio del arte como una acción anti-tachadura, en el sentido de generar conocimiento mancomunado y civil, que se tome el derecho al análisis, la denuncia y el relato”, afirma la artista. 

Hoy, Voluspa Jarpa es una de las artistas chilenas más reconocidas a nivel internacional. Representó a Chile en la versión número 58 de la Bienal de Venecia en el 2019. Adicionalmente, este nuevo proyecto de Voluspa es el ganador de la edición inaugural del Premio Julius Baer a las artistas latinoamericanas, una nueva distinción bienal organizada por el Museo de Arte Moderno de Bogotá y por el Banco Julius Baer.

Para Eugenio Viola, curador jefe del Mambo, y miembro del jurado de este galardón, “Voluspa Jarpa confronta temas sensibles vinculados con la realidad chilena, marcada por la violencia y graves abusos policiales; pero también resonante con el actual contexto colombiano y, por extensión, con muchos otros lugares del mundo que enfrentan las mismas reprobables circunstancias.”


Le puede interesar: Un tranvía llamado Bacatá visita los rieles de la virtualidad


Cicatrices

Esta muestra es la primera del Mambo dedicada a la obra multifacética de Luz Lizarazo. Aquí se presenta una selección de sus obras más representativas, desarrolladas durante los últimos quince años, junto a nuevas piezas concebidas especialmente para esta muestra.

Cicatrices cuestiona las relaciones de poder por medio de arquetipos de género y representaciones sexuales. Aquí Luz Lizarazo utiliza elementos e instrumentos asociados comúnmente a las mujeres y subvierte los estereotipos de la felicidad, el amor y la representación de la mujer que suele transmitir los medios de comunicación.

“En mi obra, traigo a la luz la fuerza contenida de lo femenino, como poder atado a la naturaleza, a la vida y los procesos de vida de la mujer como contenedora y creadora. Una fuerza que explota con todo su poder cuando a través de la obra los personajes recuperan la voz, la visibilidad, las palabras, el proceso de sanación”, señala Lizarazo.

Las obras están concebidas temáticamente para guiar al espectador a través del mundo encantado de Lizarazo, llevándolo a descubrir sus decadencias, fetiches, pasiones y obsesiones, las cuales habitan sus dibujos, acuarelas, pinturas, esculturas, bordados e instalaciones ambientales.

La esfera doméstica aparece como un tema recurrente en la obra de la artista, en forma de manualidades tradicionales asociadas a las mujeres como la costura y el tejido. Paradójicamente, la obra de Lizarazo no es “femenina” en el sentido estereotípico del término. Por lo contrario, puede ser confrontacional al involucrar al espectador con sentimientos de conflicto entre el deseo y la repulsión, el miedo y la fascinación.


Además lea: Cinco reglas para lograr una remodelación exitosa de su hogar


Estados Vibracionales

En esta muestra el público podrá encontrar obras de la artista sonora colombiana Alba Triana que indagan en los conceptos de energía y vibración; una línea de investigación que nace de un profundo interés en explorar un mundo intangible.

“Estas piezas parten de una premisa: la naturaleza es fundamentalmente activa e interconectada. Hay una vitalidad en absolutamente todo, incluso en lo inerte. Y esa vitalidad omnipresente determina en gran medida lo que somos, nuestros intereses, deseos, problemáticas, ideas, y todo aquello que surge de nuestro ser. Con estas obras, busco exponer esta realidad que elude nuestros sentidos, que fluye dentro y fuera de nosotros, e inducir una conexión profunda con lo que nos anima y nos une”, explica la artista.

Estados vibracionales presenta tres obras in-situ: Órbitas, Ballet entrópico y Movimiento armónico. Estas fueron concebidas en estrecha relación con el espacio del Museo. Están exhibidas como tres actos de una única obra, la cual ofrece un recorrido inmersivo y participativo tanto en el espacio como en el tiempo.

Por un lado, Órbitas es una instalación compuesta por diez péndulos suspendidos sobre láminas magnéticas, exhibidos en el atrio del Museo. Diez esferas bailan en distintas trayectorias en el espacio, activadas por campos electromagnéticos que influencian la complejidad de sus movimientos individuales y grupales. Cada péndulo desarrolla una acción más o menos articulada según su posición dentro de toda la instalación. 

Ballet entrópico es otra obra basada en el mismo fenómeno físico: el electromagnetismo. Una instalación de agujas suspendidas se activa por medio de un campo electromagnético que provoca coreografías impredecibles de movimientos espontáneos. Estos objetos inanimados evocan, en sus acciones, comportamientos de sistemas naturales como un banco de peces, una bandada de aves o una multitud humana.

Finalmente, está Movimiento armónico, una instalación vibracional inmersiva. Un sistema que involucra energía acústica y láseres activa un platillo, amplificando las vibraciones naturales de este instrumento musical hasta el punto de hacerlas audibles y visibles. Una composición de ondas reflejadas altera la percepción del espacio y permite diferentes niveles de participación sensible con la pieza. Una narrativa hipnótica de sonido, entretejida con las formas de las ondas, ofrece al espectador la experiencia de un bucle encantador y meditativo.