“AMERICA PRIMERO”, el eslogan de campaña de hace ocho años que mutó a políticas concretas durante el primer mandato de Donald Trump abarcará, en este segundo turno, desde la resolución de la crisis migratoria y la consolidación económica hasta que Estados Unidos “vuelva a ser respetado en el mundo”.
Así lo expresó el líder republicano tras jurar como el presidente No.47 de Estados Unidos en ceremonia que se realizó en el interior del Capitolio por la gélida temperatura, donde concurrieron además de los expresidentes Barack Obama, George W. Bush, Bill Clinton, su esposa Hillary; el mandatario saliente Joe Biden, los magistrados de la Corte Suprema, senadores y representantes, como destacados empresarios (especialmente del sector automotriz y la tecnología) así como un selecto grupo de invitados internacionales: los presidentes Javier Milei (Argentina), Daniel Noboa (Ecuador), la jefa de gobierno Giorgia Meloni (Italia), Edmundo González, considerado “presidente electo” de Venezuela y el vicepresidente chino Han Zheng.
Tras prestar juramento presidencial sobre dos biblias (La tradicional de Abraham Lincoln y una que le heredó su progenitora), las que sostuvo su esposa Melania Trump, que se robó nuevamente las miradas por su elegancia, Trump inició su discurso de posesión señalando: “La edad de oro de Estados Unidos comienza ahora mismo. A partir de hoy, nuestro país florecerá y volverá a ser respetado en todo el mundo… Nuestra soberanía será restablecida. Se restablecerá nuestra seguridad. Se reequilibrará la balanza de la justicia. Se pondrá fin al armamentismo despiadado, violento e injusto del Departamento de Justicia y de nuestro Gobierno”
Reiteró que quiere "poner a Estados Unidos en primer lugar", lograr un país "más grande, más fuerte y mucho más excepcional". De hecho, recalcó que este 20 de enero puede considerarse "el día de la liberación" y ha llamado a pasar página del "'establishment' corrupto" que durante "muchos años" marcó el devenir del país.
En esa línea cuestionó que su antecesor diera financiación ilimitada a la defensa de fronteras extranjeras, pero “se niega a defender a los votantes estadounidenses o, lo que es más importante, a su propio pueblo”. Así mismo que no brindaran los servicios básicos, y como se debe, a las víctimas de catástrofes naturales, poniendo de ejemplo lo ocurrido en Carolina del Norte (huracán) y Los Ángeles (devastadores incendios)
Trump recordó el intento de magnicidio sufrido meses atrás enfatizando que si sigue vivo es porque Dios le ha permitido "volver a hacer de Estados Unidos un país grande de nuevo", con una "vuelta política histórica" a la Casa Blanca desde donde trabajará sin descanso para devolver al pueblo su fe, su riqueza, su democracia y, de hecho su libertad. “A partir de este momento, el declive de América ha terminado”, aseguró.
A renglón seguido sus palabras fueron para agradecer el apoyo que “prácticamente todos los elementos de nuestra sociedad” le dieron en la elección presidencial que, sostuvo, serán “recordadas como las más importantes y transcendentales dela historia de nuestro país” y que le permitió una contundente victoria en varios Estados, especialmente los siete “indecisos”, así como en el voto popular.
Tuvo unas palabras de gratitud por la “confianza que me han demostrado con su voto” para las comunidades negras e hispanas, que le permitieron “batir récords y no lo olvidaré”, por lo que evocó a Martín Luther King, cuyo día se celebraba este 20 de enero, para prometerles que “juntos haremos que su sueño se haga realidad”.
Migración y petróleo
En su intervención de 30 minutos, en la que fue interrumpido en varias ocasiones por los aplausos de los asistentes, Trump esbozó las primeras medidas de su segundo gobierno, evidenciando así tanto su ambiciosa agenda programática como sus prioridades que, dijo, son de “sentido común”.
"Como comandante en jefe, no tengo mayor responsabilidad que defender a nuestro país de amenazas e invasiones", señaló Trump, para justificar que una de sus primeras órdenes ejecutivas era la declaratoria de emergencia nacional en la frontera sur, lo que implicará, entre otras cosas, el freno inmediato a cualquier “entrada ilegal” a territorio norteamericano, la deportación de “millones de extranjeros delincuentes” y la militarización del vasto límite común con México.
Dijo que otra de sus decisiones es la designación como organizaciones terroristas extranjeras de los cárteles de la droga, al tiempo que recuperará la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para perseguir a las bandas y redes de delincuencia que alimentan la inseguridad de las ciudades.
Y frente a la economía, uno de sus anuncios más esperados tanto por los empresarios como por los inversores vino con una frase muy coloquial: “Vamos a perforar, baby, a perforar”, para aprovechar la riqueza de hidrocarburos que tiene el país y enfrentar la “inflación récord que fue causada por el gasto excesivo y la escalada en los precios de la energía”.
De esta forma aseguró que “Estados Unidos volverá a ser una nación manufacturera, y tenemos algo que ninguna otra nación manufacturera tendrá jamás: la mayor cantidad de petróleo y gas de cualquier país de la Tierra, y vamos a utilizarlo. Bajaremos los precios, volveremos a llenar nuestras reservas estratégicas hasta arriba y exportaremos energía estadounidense a todo el mundo. Volveremos a ser una nación rica, y es ese oro líquido bajo nuestros pies el que ayudará a conseguirlo”.
Esas acciones, sostuvo, ponen fin al Green New Deal, y de paso al mandato de los vehículos eléctricos, “salvando nuestra industria automovilística y manteniendo mis plantas sagradas para nuestros grandes trabajadores automovilísticos estadounidenses… Volveremos a fabricar automóviles en Estados Unidos a un ritmo que nadie habría soñado posible hace tan solo unos años”.
Frente a su anunciado tema de imponer aranceles no sólo a China sino a otras naciones, Trump manifestó que comenzará de inmediato una revisión del sistema comercial y que “en lugar de gravar a nuestros ciudadanos para enriquecer a otros países, pondremos aranceles a países extranjeros para enriquecer a nuestros ciudadanos. Para ello, vamos a crear un servicio de ingresos externos que recaudará todos los aranceles, derechos e ingresos… El sueño americano pronto estará de vuelta y próspero como nunca antes”.
También hizo referencia al nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, la libertad de expresión, la justicia justa equitativa e imparcial, la reincorporación de todos los miembros de las fuerzas armadas que fueron expulsados por oponerse a la vacuna del covid y a la política gubernamental de tratar de imponer socialmente la raza y el género en todos los aspectos de la vida pública y privada. Y, en este último tema dijo que la política oficial de su gobierno será que en Estados Unidos hay solo dos géneros: masculino y femenino.
Pacificador y unificador
Consciente del costo económico, pero sobre todo de vidas que representan los conflictos, Trump dijo que quiere que del legado que aspira a dejar y del que más se sentirá orgulloso es el de ser un “pacificador y unificador”. Por ello, prometió construir el ejército más fuerte que el mundo jamás haya visto y aseguró que “mediremos nuestro éxito, no solo por las batallas que ganemos, sino también por las guerras que terminemos y, quizá lo más importante, por las guerras en las que nunca nos metamos”.
Y en ese marco celebró el retorno de los rehenes de Oriente Próximo a sus familias.
De otra parte, entregó un mensaje a los estadounidenses: “ha llegado el momento de que volvamos a actuar con el valor, el vigor y la vitalidad de la mayor civilización de la historia…”.
“Me presento ante ustedes como prueba de que nunca deben creer que algo es imposible de hacer. En Estados Unidos, lo imposible es lo que mejor sabemos hacer. Después de todo lo que hemos pasado juntos, estamos a punto de vivir, con su ayuda, los cuatro mejores años de la historia de Estados Unidos”, enfatizó el mandatario.
Y, concluyó afirmando que “nuestro poder detendrá todas las guerras y traerá un nuevo espíritu de unidad a un mundo enfadado, violento y totalmente impredecible. América volverá a ser respetada y admirada. Seremos fuertes. No nos conquistarán. No nos intimidarán. No nos doblegarán y no fracasaremos. Nos levantaremos con valentía. Viviremos con orgullo. Soñaremos con audacia y nada se interpondrá en nuestro camino porque somos estadounidenses. El futuro es nuestro y nuestra edad de oro acaba de empezar.”