Hasta el pasado 28 de junio tenían los actuales congresistas, diputados, concejales y ediles para renunciar a sus partidos y presentarse en las elecciones regionales del 2023 por una colectividad distinta, sin tener que dejar la curul ni incurrir en doble militancia. Fueron pocos los corporados que dieron ese paso; sin embargo, ahora tendrían una segunda oportunidad, de aprobarse el transfuguismo en la reforma política que estudia el Congreso.
Las elecciones de este año reconfiguraron el mapa político que había producto de los comicios de jefatura de Estado en 2018 y las regionales del 2019, en donde la coalición del Pacto Histórico que integró Gustavo Petro junto a sus aliados, conformada por fuerzas de izquierda y alternativas, se constituyó en la dominante al llegar a la Casa de Nariño y alcanzar las mayorías en el Senado con 20 escaños.
En tanto que el Partido Conservador también quedó con un saldo positivo en las legislativas de este año y es la segunda fuerza en el Senado; y el Partido Liberal igualmente anduvo por el buen camino, pues hoy es la colectividad con más curules en la Cámara de Representantes.
La otra cara de la moneda fue para el Centro Democrático, que en los comicios de este año perdió el liderato como la primera fuerza política en el país que había obtenido en las presidenciales del 2018, y que no había desentonado en las regionales del 2019; así como Cambio Radical, que igual perdió representación en el actual Congreso.
Como consecuencia de este nuevo mapa político, muchos corporados en todo el país, tanto los que quieren aspirar en las elecciones regionales del 2023, como los que desean acomodarse en las colectividades que hoy ‘mandan la parada’, esperan que el Congreso apruebe el transfuguismo que propuso el propio Gobierno en el proyecto de reforma política que radicó hace unos días.
Punto a favor del Gobierno
El Gobierno nacional es consciente de que su fuerza base, el Pacto Histórico, podría ser el más beneficiado por el transfuguismo, una o algunas de las colectividades que hacen parte de esta coalición, con la llegada desde otros partidos de congresistas, diputados, concejales y ediles.
Ello tendría doble efecto. El primero es que la llegada de políticos regionales a las fuerzas petristas le da mayores posibilidades a este sector de ganar terreno en las regiones en las elecciones de octubre de 2023, especialmente alcanzando algunas gobernaciones y alcaldías de ciudades capitales.
El proyecto político de Petro apuntó en primera instancia a ganar la Alcaldía de Bogotá y luego la Presidencia de la República. Con estos objetivos ya alcanzados, la meta que tiene su movimiento es crecer en las regiones.
De aprobarse el transfuguismo en la reforma política un segundo efecto positivo sería para el Gobierno, porque es posible que algunos congresistas de los partidos Liberal y La U se pasen a una o varias de las colectividades que forman el Pacto Histórico, posiblemente la Colombia Humana.
Si bien este movimiento no sumaría votos en el Congreso a los que hoy tiene la coalición del oficialismo, pues La U y los liberales hacen parte de la misma, sí daría más tranquilidad en la Casa de Nariño pues el Pacto Histórico es el partido de gobierno y se supone que así se mantendrá dentro del cuatrienio. En cambio las otras dos colectividades conforme a la ley tienen la oportunidad de modificar su declaración política y pasar a la independencia o la oposición.
Entonces es ganancia para el Gobierno, en función de la confiabilidad de la coalición para sacar adelante en el Congreso sus proyectos, así un solo congresista por transfuguismo se pase al Pacto Histórico.
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Se reconfiguraría el mapa político
El exmagistrado del Consejo Nacional Electoral Armando Novoa dijo a EL NUEVO SIGLO que “el transfuguismo, tal como está en el proyecto de reforma política planteado por el Gobierno, apunta a una reconfiguración del sistema de partidos que viene desde atrás y cuyo punto de partida más marcado se encuentra en los acuerdos de paz del año 2016”.
Agregó que, de cara a las elecciones del año 2023, “muy posiblemente puedan salir beneficiados con esta modificación constitucional algunos partidos al interior del Pacto Histórico, como por ejemplo la Colombia Humana, o una reconfiguración en los alineamientos partidistas en favor del Partido Liberal o de algunas agrupaciones que hoy hacen parte de la coalición mayoritaria de gobierno”.
El también expresidente de la Comisión Especial Legislativa dijo que “lo que es de destacar de esta reforma es que apunta a que se produzca un realineamiento de los congresistas, diputados y concejales a distintos partidos con los cuales ya no tienen ningún tipo de identificación”.
Por su parte, el senador Juan Felipe Lemos Uribe, del Partido de La U, dijo a este Impreso que en “el tema del transfuguismo, creo que, como sucedió en el pasado, lo que está aconteciendo con la política nacional va a generar un reacomodamiento de fuerzas políticas, y que la oportunidad para que ese reacomodamiento se dé es sin duda la reforma, que permita que esas fuerzas políticas del país que hoy tienen una tendencia muy indefinida se puedan reagrupar. Estoy de acuerdo con eso”.
Agregó el Congresista antioqueño sobre el impacto que considera podría tener el transfuguismo a nivel regional, que “esa lectura hay que hacerla dependiendo de la región. Las elecciones pasadas marcaron unas fortalezas regionales, sobre todo en los departamentos periféricos, donde hay mucha fortaleza del Pacto Histórico. Y en los departamentos del centro del país sigue existiendo una tendencia política mayoritaria de los sectores tradicionales de la política”.
En cuanto a los eventuales efectos que podría tener el transfuguismo en el Congreso, el senador Lemos señaló que “no sé si todas esas fuerzas que hoy están alrededor del Pacto Histórico son una multiplicidad de partidos, es muy posible que todos terminen agrupados en una sola colectividad, que no sé cómo se vaya a llamar, si Colombia Humana, el Pacto Histórico”.
Agregó que en los partidos tradicionales, “no sería extraño que puedan haber movimientos en Cambio Radical, en el Partido de La U. No creo que el Partido Conservador ni el Partido Liberal vayan a tener mayores dificultades, salvo lo que pueda ocurrir con algunos miembros del liberalismo que estuvieron de frente en el Pacto, no sé si eso les vaya a generar a ellos el deseo de irse allá”.
Añadió que también hay que tener en cuenta, para el cambio de partido que harían algunos congresistas, las posturas y circunstancias que se asuman en el Congreso frente al nuevo Gobierno.
Al respecto dijo que “nosotros (La U) hoy somos partido de gobierno, pero también sobre la base de darle un voto de confianza al Presidente”, pero advirtió que si el Ejecutivo y su bancada persisten en cambios tan profundos que pudieran impactar el sector productivo, “poniendo en riesgo la inversión, espantando el capital, pues seguramente si eso no lo revalúa el Partido (La U), muchos de los que estamos en ese Partido exploraremos otras opciones”.
Agregó el senador Lemos que “hoy hay un aparente unanimismo en el Congreso de la República, pero las dinámicas del ejercicio político son cambiantes y hay en cierta manera líneas rojas que, creo, la mayoría de quienes estamos en los partidos políticos tradicionales no vamos a estar dispuestos a cruzar. Y si los partidos se mantuvieran en esa línea de dirección, pues eso va a generar al final del día un reagrupamiento de fuerzas políticas”.