Crece la polémica por el anuncio del Gobierno de darle estatus político a las disidencias de las Farc en las eventuales conversaciones con miras a su desmovilización, para lo cual ya se dio un primer acercamiento. Varios exintegrantes del equipo que participó por la administración Santos en la negociación en La Habana con la entonces guerrilla, consideraron un mal precedente abrirle la puerta dándole este reconocimiento a una organización que ya tuvo la oportunidad y desechó firmar el acuerdo de paz.
En las últimas horas el presidente Petro desde Nueva York, a donde asiste a la Asamblea de Naciones Unidas, salió al paso a estos reparos.
“La paz siempre será criticada. No he escuchado, en algún momento de la historia de Colombia, en donde no se critique la paz. Y yo creo que lo que más hay que criticar es la guerra. Si logramos que todas las personas en Colombia abandonen el camino de las armas, estaremos construyendo una gran nación”, dijo Petro.
Por su lado Juan Fernando Cristo, quien como ministro del Interior de la administración Santos participó en varias rondas de la negociación con las Farc, indicó a EL NUEVO SIGLO que “son muy válidos y muy positivos los esfuerzos del gobierno del presidente Petro por la paz total. Las circunstancias de violencia especialmente en muchas zonas del país son muy duras, las poblaciones están sufriendo mucho, y en la medida en que se logre disminuir la intensidad del conflicto y avanzar en acuerdos humanitarios, creo que todos los colombianos debemos aplaudir ese propósito”.
Agregó que “también me parece positivo que el Gobierno quiera hablar con todos los actores armados que están generando violencia, y si lo quiere hacer de manera simultánea, como se ha planteado, pues es bien complejo, pero es válido”.
Sin embargo, anotó Cristo que “lo que me parece que tiene que evaluar muy bien el Gobierno en estas etapas exploratorias, en las que viene avanzando con algunos grupos violentos, es no meter en un mismo costal a todos los actores armados”.
Agregó que “creo que en el caso de las disidencias de las Farc, darles reconocimiento político sería una muy mala idea, una equivocación, un muy mal mensaje para la sociedad e incluso para grupos como el Eln que están pensando en negociar con el Estado en el futuro próximo, porque se abriría la puerta de que quienes están alzados en armas contra el Estado puedan negociar en cualquier momento, incumplir y volver después a cualquier mesa de negociación. Eso francamente sería muy inconveniente”.
Dijo también que “debemos definir, primero que todo, quiénes son las disidencias de las Farc, porque siempre se ha dicho que el 97% de los excombatientes se sometieron al acuerdo, han cumplido con el acuerdo. Luego los que se quedaron por fuera no fueron muchos y estas cifras de miles que han dado como disidencias de las Farc no corresponden a excombatientes de las Farc sino a nuevos reclutamientos que están dedicados única y exclusivamente al narcotráfico”.
Dijo también el exministro que “he escuchado por parte de algunos amigos del Gobierno la tesis de que son dos clases de disidencias: las que no se sometieron al acuerdo de 2016 y las que lidera ‘Iván Márquez’, que sí lideraron el acuerdo y después volvieron a la violencia. En el caso de las primeras, lo que no podemos olvidar es que fue el Frente Primero de las Farc en el Guaviare, liderado en ese entonces por ‘Gentil Duarte’, el que decidió no someterse al acuerdo de paz por una razón que en su momento fue clara, y es que en el acuerdo las Farc se comprometían a renunciar a la actividad del narcotráfico, y ‘Gentil Duarte’ no estaba dispuesto a eso ni su gente del Frente Primero”.
Agregó que quedó claro en ese momento que “el propósito político del Frente Primero no existía, que había simplemente un propósito criminal del narcotráfico y se quedaron dedicados a ello. Hoy en día nadie piensa en Colombia que las disidencias de las Farc, unas u otras, tienen el propósito de tomarse el poder, como sucedió con las Farc y el Eln. Hoy es claro que están dedicados solo al narcotráfico y las Farc como movimiento armado desaparecieron en el 2016; ahora lo que hay son bandas criminales dedicadas al narcotráfico”.
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De la Calle
Por su parte el senador Humberto de la Calle, quien fue el jefe negociador del equipo del gobierno en La Habana, indicó que “me parece desaconsejable emprender negociaciones con ‘Iván Márquez’, con la llamada ‘Segunda Marquetalia’, primero porque el mensaje que le envía a la sociedad es muy nocivo”, es decir, “premiar a quien incumplió, después de firmar”.
Agregó que de igual forma es “un pésimo mensaje para los centenares de guerrilleros” que han venido cumpliendo el acuerdo de La Habana porque “pueden decir: a lo mejor hubiera sido preferible incumplir, utilizar el truco de reabrir las conversaciones”.
Consideró De la Calle que, además, esto le quita seriedad al Estado porque dijo que “no hay una nueva oportunidad, eso quedó reflejado incluso en la normatividad legal”.
Previó que, frente a futuras negociaciones con el Eln o con los otros grupos, “el mensaje también es extraordinariamente dañino: firmemos aquí porque siempre hay un repechaje, después volvemos a discutir”.
Enfatizó que apoya el deseo del Gobierno de alcanzar la paz total, “pero esto exige tener cuidado y mirar qué mensajes son los que se están emitiendo a través de este procedimiento”.
El senador dijo que a ‘Iván Márquez’ y las disidencias “el camino que les queda es el del sometimiento”.
Jaramillo
Mientras que Sergio Jaramillo, quien fue alto comisionado para la Paz en el gobierno Santos, dijo a los medios que “lo que no me parece razonable y me parece incluso una cosa grotesca, es comenzar a darle tratamiento político a esas organizaciones y darlas formalmente de insurgencias y terminar politizando el crimen organizado, que creo que es lo que está ocurriendo”.
Añadió que “cuando uno comienza a confundir las cosas, por una parte, les manda señales equivocadas a las disidencias y, por otro lado, le manda un mensaje negativo a la gente que con tanta dificultad ha estado adelantando procesos de reincorporación en zonas rurales”.
Enfatizó Jaramillo que “no se les puede dar las mismas condiciones a quienes incumplieron el acuerdo. El único camino que queda para estas organizaciones es la justicia ordinaria, porque están por fuera del proceso de paz”.
Quién es quién
La ‘Segunda Marquetalia’ es la reincidencia que surgió tras el incumplimiento de ‘Iván Márquez’, quien fue el negociador de las Farc en La Habana, del acuerdo de paz, pues volvió a las armas argumentando supuestos incumplimientos del Gobierno. Se instaló en Venezuela con otros excabecillas como alias ‘Romaña’, ‘El paisa’ y ‘Jesús Santrich’, los tres que fueron asesinados, donde esta organización ha ido creciendo.
En tanto las disidencias de las Farc surgieron desde el Frente Primero que operaba en el suroriente del país, en ese entonces al mando de ‘Gentil Duarte’, quien junto con los demás integrantes no quiso firmar el acuerdo de paz por estar en contra de lo que sus compañeros suscribieron en La Habana.
Según un informe de Indepaz las disidencias que han mostrado interés en una negociación con el Gobierno son el Frente 36, Bloque Magdalena Medio, el Comando Coordinador de Occidente y el Bloque Suroriental.