No data de los años 1600, como dice la famosa canción del Joe Arroyo, sino de más atrás. Y aunque no hay certeza sobre la etimología de la palabra, se sabe que por su elaboración y sabor, la arepa, esa que inicialmente conquistó a los exploradores de “Las Indias”, se convirtió en un alimento tradicional en casi todo el mundo.
Originalmente hechas a base de maíz, con el paso de los años han mutado tanto en su preparación como ingredientes para satisfacer todos los gustos. Es tan versátil que actualmente hay más de 100 tipos, haciéndolas tan apetitosas como demandadas. De allí que por su importancia en el régimen alimenticio de millones de personas y en pro de una causa social, se le declaró un Día Internacional: el segundo sábado de septiembre.
Este día nace a raíz de la forzada diáspora venezolana que comenzó a darse a comienzos de esta década, cuando la organización Venezolanos en el mundo, conocida como VenMundo, en su momento liderada por Rafael Muorad, Luisana La Cruz y Tony De Viveiros, decidió organizar un evento destinado a apoyar a sus compatriotas en el exterior y promover su integración a través de este insigne alimento, cuyo origen comparten con Colombia.
De esta forma realizaron en 2012 lo que se conoció como Arepazo mundial”y, por su acogida, decidieron que cada segundo sábado de septiembre se repetiría el evento, al que bautizaron como Día mundial de la arepa. Desde entonces, son varias las actividades que realizan los dos países para exaltar este icónico producto.
Desde las Indias
Volviendo a sus orígenes, se puede asegurar que este alimento base de los aborígenes de América irrumpió en el gusto de los visitantes de las lejanas “Indias” desde hace siglos. Y ello se corrobora en varios escritos. El más antiguo de que se tiene referencia es de 1593, donde Galeotto Cei en su Viaje y descripción de las Indias indica que “hacen otra suerte de pan con el maíz a modo de tortillas, de un dedo de grueso, redondas y grandes como un plato a la francesa, o poco más o menos, y las ponen a cocer en una tortera sobre el fuego, untándola con grasa para que no se peguen, volteándolas hasta que estén cocidas por ambos lados. A esta clase llaman arepas y algunos fecteguas”.
También Fray Pedro Simón, en su obra Noticias Historiales de las conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales, y Bernabé Cobo en Historia del Nuevo Mundo, escribieron que “en América los aborígenes hacían unas tortas tan gruesas como un dedo, que se llaman arepas”.
Y aunque los registros históricos son múltiples, no permiten determinar con exactitud la etimología de la palabra ni el territorio geográfico donde este producto redondo de maíz tuvo su origen. Sin embargo, coinciden en que lo conocieron en el vasta zona de lo que después serían Colombia y Venezuela y en la época precolombina.
Se sabe que los indígenas guanes, que ocupaban lo que hoy es Santander, lo denominaban tijitafun, y que la extinguida etnia venezolana de los cumanagotos la denominaban erepa. Y unos como otros hacían referencia al producto a base de maíz con el que se alimentaban cuando los europeos llegaron al continente. Se desconoce cuándo mutó a arepa, palabra que fue aceptada en 1884 por la Real Academia Española.
La celebración
Precisamente porque el origen es compartido entre Colombia y Venezuela, es que el Día Internacional tiene un trasfondo muy importante: es la celebración de un símbolo de inclusión y hermandad binacional. Es por ello que el Programa de Alianzas para la Reconciliación de Usaid y ACDI/VOCA se une a la jornada de este sábado, que se identificará con el hashtag #LaArepaNosUne.
Esta iniciativa promueve alianzas transformadoras para generar acciones de movilización e integración económica, social y cultural en 24 municipios y ciudades colombianas con mayor presencia de población migrante venezolana, y de gran importancia para la reconciliación. De igual forma, se busca resaltar la importancia de la memoria e identidad como herramienta de transformación y crear agentes de cambio inspirados en cuatro pilares: confianza, respeto, empoderamiento y diálogo.
El Día mundial de la arepa tiene un trasfondo muy importante: la celebración de un símbolo de inclusión y hermandad binacional
La jornada también pretende frenar la creciente estigmatización a la población venezolana que por la difícil situación de su país migró a Colombia en busca de un nuevo futuro. Por ello, precisamente, la jornada se plantea como una invitación al diálogo enmarcado desde la gastronomía.
Según el estudio más reciente de Raddar sobre el comportamiento de consumo de la población migrante en Colombia, la permanencia y estabilización de esta población en el país ha impulsado la creación de restaurantes y negocios que impulsan la marca de comida venezolana, buscando satisfacer la demanda de los migrantes por alimentos típicos de su lugar de origen y diversificando la oferta gastronómica del país, a través de un intercambio cultural que resulta en la integración de estos productos entre los consumidores nativos.
De allí que nuevas ideas de preparación, las más tradicionales y la fusión ‘binacional’ de este emblemático alimento, a cargo de la actriz y modelo venezolana María Luisa Flores, vía Instagram, hacen parte de esta jornada de celebración del Día Mundial de la Arepa.
Y es que el maíz, producto base de la arepa, es tan solo uno de los hilos de unión de Colombia y Venezuela. La riqueza cultural y gastronómica de ambos países se ve reflejada en sus múltiples preparaciones, rellenos e ingredientes. Es precisamente su versatilidad la que ha conquistado el paladar, hasta de los más exigentes.
La más básica
Solas, rellenas, asadas, fritas, horneadas, asadas, de dulce o de sal, con queso o sin él, como plato principal o simples acompañantes, las arepas tienen tantas preparaciones como el ingenio de quien las hace. De allí sus infinitos sabores y, por tanto, su acogida en el diario consumo.
En su receta básica, es decir la que se prepara solo con el maíz, una arepa de 100 gramos tiene 253 kilocalorías, 38 gramos de proteína y 0,9 g de grasa total, además de otras vitaminas y minerales. Este contenido calórico es muy inferior al de un pan, otro infaltable en la dieta de los colombianos.
En Colombia hay infinidad de arepas, pero las más conocidas son la paisa, la boyacense, la santandereana y la costeña arepa e'huevo. La primera es la que más mantiene los procesos de cocción y alimentación indígena y generalmente se acompaña con el famoso hogao (guiso de cebolla y tomate), mantequilla y sal o cualquier acompañamiento desde proteínas como el queso, hasta vegetales.
La boyacense, cuyo origen se sitúa en Ventaquemada, es la que se hace con harina de maíz amarillo, harina de trigo, mantequilla, cuajada, quesillo, leche, sal y panela rallada. Son asadas en parrilla.
Por su parte, la santandereana es de maíz pelado y cocido, al que se le agrega chicharron en la molienda, así como yuca, lo que le da su consistencia, sabor y tradicional color amarillo. La arepa e'huevo, patrimonio del Caribe colombiano, es un verdadero malabar gastronómico, en la que la arepa –ya asada– debe ser freída en aceite hirviendo para cocinar el huevo que lleva por dentro.
Entre tanto, en Venezuela las preferidas son la reina pepiada o 'pepia', una receta típica de Caracas en los años 50. Son rellenas con pechuga de pollo que se baña en una salsa elaborada con aguacate maduro, cilantro, mayonesa, sal, pimienta, cebolla cabezona.
Y la Pabellón, de la que se dice nació en la época colonial con los esclavos, quienes reunían lo que sobraba de las comidas, siendo el arroz, la carne, las caraotas (fríjoles) y tajadas de plátano maduro, lo más común. Y la unión de estos ingredientes se convirtió en el relleno de esta famosa arepa.
Ante un producto tan versátil como rico, la invitación es que en este Día mundial de la arepa, además de disfrutar de alguna de ellas, se recuerde que la gastronomía es otro de los ‘hitos’ colombo-venezolanos.