Como un primer paso en la dirección correcta pero todavía insuficiente para cicatrizar heridas fue calificado por diferentes sectores el cambio de actitud de los antiguos jefes de la desmovilizada guerrilla de las Farc al reconocer que se equivocaron con la práctica del secuestro, por lo que pidieron perdón a Colombia y a las víctimas.
“Queremos decirles que el secuestro fue un gravísimo error del que no podemos sino arrepentirnos” porque “les arrebatamos –a las víctimas- lo más preciado: su libertad y su dignidad”, dice el comunicado en el que agregan que dicha práctica ilegal “dejó una profunda herida en el alma de los afectados”.
Esta declaración causó diversas reacciones pues es la primera vez que la dirigencia del hoy partido político Farc acepta públicamente que el secuestro formó parte de su estrategia de guerra y piden perdón a las víctimas y al país.
El Gobierno nacional calificó esta decisión como “un paso muy importante”, pero no suficiente pues se necesita que se le diga la verdad a Colombia.
“La carta la recibe Colombia pero no es suficiente si no dicen verdad ante las instancias correspondientes, sin verdad pedir perdón no es suficiente”, dijo el alto Comisionado de Paz Miguel Ceballos.
El funcionario dijo que penalmente la responsabilidad es individual, por ello instó a los exjefes de esa guerrilla “que cada uno de ellos reconozca que el secuestro es un atentado contra la dignidad humana”, aseguró.
Pero ¿qué dicen las víctimas? Varios de los exsecuestrados expresaron sentimientos encontrados, pero reconocen que es un paso importante hacia la búsqueda de la reconciliación.
Sigifredo López, exdiputado del Valle y quien permaneció seis años en poder de esa guerrilla, dijo que “el solo perdón no es suficiente. Las víctimas exigimos que se diga toda la verdad, es la única medida de reparación que pedimos”.
John Jairo Hoyos y Esteban Arizmendi, familiares de otros exdiputados del Valle secuestrados y asesinados, aceptaron el perdón y dijeron no sentir rencores, mientras la excongresista Clara Rojas también aceptó le perdón pero aseguro que “se había demorado”.
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Otros exsecuestrados como Luis Eladio Pérez y el General en retiro de la Policía Luis Mendieta, admitieron que “no es fácil perdonar” por todo el sufrimiento que padecieron en cautiverio, pero confiaron en que sus plagiaron confiesen toda la verdad ante las autoridades correspondientes.
Cambio de actitud
La declaración de los exjefes Farc se conoció poco después de que la excandidata presidencial Íngrid Betancur, secuestrada por más de seis años, participara en un conversatorio sobre ese delito en la Comisión de la Verdad.
“El secuestro es el peor de los crímenes porque los incluye todos, y para siempre. Si la persona tiene suerte es liberada, pero cuando se tiene suerte de salir vivo la persona sale convertida en otra persona. El secuestro es un asesinato”, dijo Íngrid en un emotivo relato de su experiencia.
Frente al cambio de actitud de los excomandantes guerrilleros, el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, dijo que “han dado un paso que esperábamos hacia la paz basada en la verdad”.
El religioso señaló que esta decisión llega “en un momento en que reciben el ataque de quienes no les creen y de quienes les echan en cara que vengan a decir la verdad solo ahora. No importa cuándo se diga la verdad, lo importante es que eso acontezca”, dijo.
Sin embargo, es claro que se trata de un arrepentimiento polémico, pues si bien exjefes guerrilleros como el senador Julián Gallo (‘Carlos Antonio Lozada’) han admitido que en esa agrupación ilegal se practicó el secuestro y el reclutamiento de menores, el máximo jefe del partido Farc, Rodrigo Londoño, lo ha negado a pesar de que la JEP tiene documentados miles de casos.
Al respecto, el exmagistrado de la JEP Kenneth Burbano Villamarín consideró que detrás del arrepentimiento de los exguerrilleros hay razones jurídicas de fondo.
“Seguramente hay un proceso de concientización, se quiere cumplir con el Acuerdo de Paz, a lo mejor se quiere mantener los beneficios jurídicos ya que quien se someta a la JEP debe cumplir con el régimen de condicionalidades y esto implica aportar vedad plena, reparar a las víctimas y no repetir sus crímenes”, explica el jurista.
Burbano Villamarín, actual director del Observatorio Constitucional de la Universidad Libre, sostiene que “con la negación de conductas delictivas se genera un rechazo social, se afecta a las víctimas y el proyecto político de la Farc tendría serios inconvenientes”.
Los excomandantes de las Farc expresaron su arrepentimiento y pidieron perdón por la práctica sistemática del secuestro.