Uno de los fenómenos que se están presentando por los efectos del Covid-19, es que muchos consumidores están optando por el financiamiento de sus bienes durables y durables en puntos de venta del comercio. En efecto, de acuerdo con un análisis de la Bitácora de Fenalco, en este tipo de comercio, el valor solicitado en pagos a plazos aumentó en 290% entre enero y julio 2020.
De acuerdo con el gremio, “este fenómeno se explica al observar cómo los comercios que ofrecen financiación en punto de venta han optado por reforzar esta alternativa para recuperar el nivel de actividad que traían antes de la pandemia. Haciendo un sondeo con comerciantes que han adoptado esta alternativa, encontramos que están comentando beneficios como que los compradores tendrán presupuestos limitados y necesitan opciones para manejar sus gastos al mismo tiempo que realizan sus compras”.
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Dada la incertidumbre en los ingresos de las personas, los clientes no se sienten cómodos realizando pagos de contado por bienes durables y semidurables con precios entre $1 y $10 millones, por lo cual pagar a plazos les resulta más adecuado. Los comercios necesitan flujo de caja por lo cual las alternativas de financiar a clientes con terceros que fondean las compras se vuelven una herramienta vital.
Sostiene el análisis que “para generar crecimiento y aprovechar el impulso de la reapertura, los comercios van a tener que ofrecer incentivos novedosos y tangibles. Vender remotamente y a plazos es clave. Comercio y clientes se reactivan en una realidad distinta y después de haber tocado fondo en abril. El último tercio del año promete resultados positivos para quienes acepten y adopten soluciones que se ajusten a la nueva realidad”.
Asimismo, estas observaciones surgen de la alianza de Fenalco con la Fintech Referencia, a través de la cual se ofrece a los comercios soluciones de financiación en punto de venta como Li$to Pago-a-Plazos.
Al respecto, el gremio de los comerciantes señala que “se registra un fenómeno prácticamente inédito en el mundo del retail. Muchos datos y la inteligencia derivados de las transacciones de los clientes se han vuelto poco confiables debido a los notorios cambios repentinos en el comportamiento del comprador. Es como cuando las empresas se aventuran en mercados desconocidos o llegan a nuevas audiencias”.
De otra parte, Fenalco sostuvo que “en agosto las ventas del comercio continuaron en terreno negativo pero queremos subrayar un importante mejoramiento en la situación esperada, que sólo se podrá materializar si se mantiene la tónica de reapertura de la actividad económica y no se presenta un rebrote del virus”.
“De acuerdo con nuestra encuesta mensual, el 14% de los empresarios consultados reportó un aumento en el volumen de sus ventas frente a agosto del año anterior, el 21% dijo que fueron aproximadamente iguales y para un mayoritario 65% hubo disminución”.
Según el informe, en una primera fase de la cuarentena el impacto en los negocios vino por un efecto de oferta -las tiendas no podían abrir-, y en agosto se sufre más bien problemas de demanda. Los ingresos de las familias se han comprimido, la temporada escolar de mitad de año sencillamente no existió y el crédito de consumo se ha encarecido notoriamente, como quiera que los intereses reales por compras con tarjetas de crédito hoy superan el 25% efectivo anual”.
Indican que “las ventas de vehículos, así como las de vestuario y calzado sufrieron una nueva contracción en agosto, tanto frente al mismo mes del año anterior como a las registradas en julio. Por regiones, en agosto el reporte de los comerciantes con negocios en Bogotá fue más negativo que en el resto del país, mientras que en algunas zonas del Caribe el desplome en las ventas tendió a morigerar. La buena noticia es que las expectativas de los comerciantes por fin levantaron cabeza: en agosto, el 32% de los encuestados considera que sus ventas mejorarán en los siguientes seis meses”.