Perdón por los excesos cometidos por el Esmad durante las protestas que se presentaron en el país a partir de 21 de noviembre de 2019 pidió este miércoles el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.
Poco antes de las 8 de la noche, al cierre de casi diez horas de debate de moción de censura en la plenaria de la Cámara, al que fue citado porque a juicio de los citantes había desacatado una orden impartida por la Corte Suprema de Justicia, se conoció una nueva providencia del Tribunal Superior de Bogotá que le daba al jefe de la cartera de Defensa un día para cumplir la orden de la Corte.
En ese contexto declaró que “con el propósito de que no quede duda alguna de mi sujeción estricta a la Constitución y la ley, así como a mi genuina intención de pedir perdón, me permito reiterar el cumplimiento de la sentencia de tutela” de la Sala Civil de la Corte Suprema y el auto de la Sala Civil del Tribunal Superior “comunicado al Ministerio de Defensa Nacional a las 6:44. Me permito reiterar que presento disculpas por los excesos de la Fuerza Pública, en especial aquellos cometidos” por el Esmad “durante las protestas desarrolladas en el país a partir del 21 de noviembre de 2019”.
En el desarrollo del debate, Trujillo preguntó si “¿un perdón espontaneo vale menos que un perdón obligado?”.
Como lo ha informado EL NUEVO SIGLO, el 22 de septiembre, al tutelar los derechos fundamentales a la expresión, reunión y libertad de prensa de un grupo de 49 personas, la Sala Civil de la Corte le ordenó al ministro Trujillo “presentar disculpas por los excesos de la Fuerza Pública, en especial, aquéllos cometidos por los Escuadrones Móviles Antidisturbios de la Policía Nacional (Esmad) durante las protestas desarrolladas en el país a partir del 21 de noviembre de 2019”, cuando estallaron las sucesivas jornadas del Paro Cívico Nacional convocado por las centrales obreras y otras organizaciones políticas, sindicales y sociales.
Al respecto, Trujillo le dijo a este diario que “el 24 de septiembre reiteré el acto de perdón espontáneo, sincero, transparente y respetuoso que el 11 de septiembre había hecho como Ministro de Defensa ante la opinión pública”.
Ayer en la Cámara, el ministro Trujillo recordó “que la orden fue pedir disculpas por los excesos y yo pedí perdón por cualquier violación a la ley. Los excesos solo son una forma de violación a la ley, pero los excesos ni siquiera son un tipo penal definido”.
Trujillo le dijo a este diario que “el 24 de septiembre reiteré el acto de perdón espontáneo, sincero, transparente y respetuoso que el 11 de septiembre había hecho como Ministro de Defensa ante la opinión pública”.
Insistió Trujillo “en el carácter espontaneo de esa manifestación”, anotando que “también lo hice con plena conciencia de que cuando habla un hombre del Estado, como es mi caso hoy, por cuanto soy ministro de la Defensa Nacional, esa manifestación de perdón tiene que convertirse en justicia”.
Para el alto funcionario, “en esa expresión de perdón está contemplado todo lo que posteriormente pide la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, incluyendo los miembros del Esmad, porque se refiere a cualquier violación a la ley o desconocimiento de los reglamentos en que haya incurrido un miembro de la institución, lo cual comprende a los integrantes del Esmad”.
Categóricamente sostuvo que “respecto a si pedí perdón o no, sí lo pedí, fue producto de lo más profundo de mi conciencia. Fue espontáneo. Nadie me lo ordenó y lo hice convencido de que tenía que hacerlo a la luz de las circunstancias".
En su intervención, que duró más de una hora, precisó que “no pretendo presentar a la Fuerza Pública ni mi tarea como algo que no pueda ser mejorado y corregido, pero el esfuerzo es claro, la visión es clara y las limitaciones también son claras, pero los resultados son evidentes”.
Tras señalar que “la Fuerza Pública es el pilar de la soberanía y la convivencia ciudadana, y por supuesto del régimen democrático”, apuntó que “la política del Gobierno nacional es de apoyo total a la Fuerza Pública, completo, contundente; pero además, cero tolerancia con cualquier violación a la ley o de los reglamentos de cualquiera de sus miembros, teniendo en cuenta el debido proceso”.
Censura
Tal como lo determina el numeral 9 del artículo 135 de la Constitución –que al señalar las facultades de las cámaras legislativas precisa que la votación de una moción de censura “se hará entre el tercero y el décimo día siguientes a la terminación del debate, con audiencia pública del funcionario respectivo” –, el presidente de la Cámara, Germán Blanco, del Partido Conservador, citó a la plenaria para el próximo martes 13 de octubre al mediodía. Ese mismo día está citada la plenaria del Senado para otro debate similar al mismo ministro.
Como ya se ha dicho aquí, es poco probable que la iniciativa logre las mayorías. La bancada opositora suma 21 legisladores (es decir, quienes ya respaldan la moción), disgregados así: cuatro del partido Farc, dos de la Lista de la Decencia, dos del Polo Democrático, dos del Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), uno de Colombia Humana y 10 de la Alianza Verde (incluyendo al parlamentario de la Coalición Alternativa Santandereana).
En cambio, la bancada oficialista cuenta con 32 representantes del Centro Democrático, 21 del Partido Conservador, 25 del Partido Social de Unidad Nacional (La U), dos de Opción Ciudadana, uno del MIRA y otro de Colombia Justa Libres, sumando 82.
Aun si los impulsores de la moción sumaran los independientes (30 de Cambio Radical y 35 del Partido Liberal) y las curules afro (una de la Alianza Democrática Afrocolombiana y otra de Colombia Renaciente) no lograrían la mayoría.
Incluso es viable que los citantes puedan ‘aruñar’ algunos votos entre congresistas de La U e independientes, pero se calcula que el grueso de esos parlamentarios respaldará al Gobierno.
Incluso es viable que los citantes puedan ‘aruñar’ algunos votos entre congresistas de La U e independientes, pero se calcula que el grueso de esos parlamentarios respaldará al Gobierno.
Apoyo total
Y cualquier inquietud sobre la posición de las bancadas independientes quedó zanjada este mismo martes con las intervenciones de los voceros.
Por ejemplo, los liberales, a través de varios de sus congresistas, respaldaron a Trujillo. Así, el representante por Córdoba, Andrés Calle, manifestó que “hemos rechazado los asesinatos de los miembros de la Fuerza Pública, de ciudadanos y líderes, reconocemos que la situación de inseguridad es generalizada, pero separar del cargo al ministro no será la solución”.
Igual posición adoptó Cambio Radical. El representante por Atlántico, César Lorduy, dijo en la plenaria que la moción de censura al ministro Trujillo “sea exigible y debatible, demuestra la existencia de un Estado de Derecho. El mismo que permite incluso que se exija que se cumpla un fallo ya cumplido”; en tanto que el vallecaucano Oswaldo Arcos invitó “al Congreso a un debate sereno, tranquilo y constructivo, sobre iniciativas de mejoramiento para los servidores de este sector”; y el también barranquillero José Gabriel Amar anotó que “la muerte del señor Javier Ordoñez no debió suceder nunca y es legitima la protesta. Lo que no es legítimo son los daños a la infraestructura que se fueron presentando posteriormente”.
De la misma forma la posibilidad de arañarle votos a La U también quedó descartada, como lo puso de presenta la representante por Nariño, Teresa Enríquez: “Hoy como parlamentarios estamos en la obligación de defender las instituciones, y en la obligación de garantizar el derecho de defensa y el debido proceso que le asiste a todos los colombianos”.
Por esa línea se pronunciaron el caldense Oscar Tulio Lizcano (“no puede pagar los costos la Policía, se trata de superar los temas de corrupción, pobreza, y tener una buena educación”), el bolivarense Alonso del Río (“los criminales no hacen este confinamiento y ahí está nuestra Fuerza Pública”) y el vallecaucano Jorge Tamayo (la censura “no resuelve los problemas, el problema es aprender a convivir en paz y construir una cultura de la paz”).