La Macrocuenca Magdalena- Cauca es el principal eje socioambiental y arteria fluvial del país, con una compleja diversidad ecosistémica, social, cultural y económica. Debido a la presión generada por las acciones de los seres humanos, en los últimos 30 años, la misma ha perdido el 77% de su cobertura terrestre natural y el 50% de las pesquerías artesanales. La contaminación del agua ha aumentado y los escenarios de cambio climático evidencian importantes modificaciones en la temperatura y la precipitación, en especial en la zona Caribe.
Todo esto ha agudizado los conflictos socioambientales relacionados, en parte, por la mezcla entre los modos de vida locales, ecosistemas de importancia y el desarrollo de sectores productivos vitales para la economía del país.
Bajo este contexto el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (FMAM) desarrolló una alianza con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Fundación Natura, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS), Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), Fondo Adaptación y la Corporación Autónoma Regional de Río Grande de la Magdalena (Cormagdalena) para darle vida al proyecto GEF Magdalena Cauca Vive.
Magdalena Cauca Vive inició en 2017 con el objetivo de contribuir a la conservación y uso sostenible de la biodiversidad de la macrocuenca mediante la protección de hábitats prioritarios, mejora en la salud de los ecosistemas y fortalecimiento de la gobernanza y capacidades de las comunidades locales.
Se unieron esfuerzos para trabajar en cinco ventanas de trabajo: Río Claro (Antioquia), ciénaga de Barbacoas (Antioquia), ciénaga de Zapatosa (Cesar y Magdalena), ciénaga de Ayapel (Córdoba) y Eje Cafetero (Quindío y Risaralda). Y a través de la gestión realizada en 10 áreas protegidas de estas zonas, el proyecto incentivó la participación de mujeres, hombres, adultos mayores, jóvenes, niños, niñas, organizaciones locales, autoridades e instituciones nacionales y regionales, para la generación de acciones a favor de la restauración, conservación y protección del río Magdalena.
El acompañamiento y apoyo a procesos de declaratoria, y la formulación de planes de manejo para áreas protegidas, marcaron el punto de partida de todas las acciones adelantadas, en las cuales se reconoce la importancia de la participación local, así como la generación de espacios de concertación, gobernanza y liderazgo de las comunidades. Como parte de esta estrategia, el equipo técnico conformado por profesionales especializados, contó con el apoyo y la guía permanente de líderes locales, que se convirtieron en gestores y protagonistas de un proyecto, que deja en ellos, capacidades y conocimientos para seguir trabajando en sus territorios a favor del medio ambiente.
Otro objetivo importante fue recuperar la conectividad de bosques habitados y transitados por especies amenazadas como el mono araña (Ateles hybridus), el mono aullador (Alouatta seniculus), el chavarrí (Chauna chavaria), entre otros. Estos bosques fueron el epicentro de acciones de restauración, implementadas de la mano de las comunidades locales y de organizaciones ambientales que durante años han venido trabajando en las diferentes regiones donde hace presencia el proyecto.
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También, se tuvo en cuenta a los ecosistemas anfibios, donde los protagonistas fueron el bagre rayado (Pseudoplatystoma fasciatum), el bocachico (Prochilodus magdalenae), el manatí antillano (Trichechus manatus) y las comunidades de pescadores que dependen de la disponibilidad de especies que se encuentran, entre otras, amenazadas por la contaminación del agua y los efectos del cambio climático.
Fue así como se promovió mejores prácticas pesqueras asociadas al buen uso, manejo y aprovechamiento de los recursos y se realizaron diversas articulaciones con autoridades locales para la implementación de acciones de monitoreo pesquero participativo y acuerdos.
La investigación y el monitoreo de la salud de los ecosistemas, también fueron parte fundamental del alcance de las actividades. Con rigurosidad científica se han hecho aportes al país para el conocimiento de los ecosistemas dulceacuícolas, a través de la modelación ecohidrológica, y para el monitoreo de su estado, a través del uso de bioindicadores y el reporte oficial de datos al Sistema de Información del Recurso Hídrico (SIRH).
El evento
Mañana de 9:00 a.m. a 4:00 p.m. en el Edificio Legacy de la Universidad EAN, Calle 79 # 11-45 se podrá conocer más sobre la macrocuenca a través de sus sonidos, biodiversidad y comunidades, desde la voz de sus habitantes, raíces, costumbres, actividades y por supuesto desde el impacto que ha dejado Magdalena Cauca Vive en el territorio y en el país.