Mi Barrio Sin Residuos, proyecto implementado por el Sistema Coca-Cola, luego de cuatro meses de implementación ha logrado recolectar 35 toneladas de material aprovechable de envases a partir de casi 9.000 entregas de residuos, con 96 tiendas de barrio y minimercados afiliados al programa que entregan sus residuos aprovechables al reciclador designado, de 100 que es la meta inicial, 16 recicladores asociados, y más de tres mil usuarios capacitados y entregando también sus residuos aprovechables.
Con el modelo, como parte del compromiso Coca-Cola con la generación de valor ambiental, se busca promover la cultura de separación de residuos, fortalecer la operación logística de las organizaciones de recicladores con el aprovechamiento de residuos y fomentar aún más las relaciones entre los tenderos y las comunidades. Todo esto en diálogo con las dimensiones sociales, económicas y ambientales, y mediante la articulación directa entre consumidor, reciclador de oficio y tiendas de barrio.
El modelo de economía colaborativa implementado fue diseñado por la cooperativa Recimed, con 15 años de experiencia en liderazgo y desarrollo de procesos de aprovechamiento de residuos sólidos, educación ambiental y organización social de recicladores. Con este, se plantea incentivar a lo largo de seis meses la separación de residuos por parte de los usuarios y su entrega a puntos de acopio y canecas de 121 litros con la imagen del programa instalados en al menos 100 tiendas de barrio de la zona de Guayabal de Medellín. El consumidor recibe una bolsa retornable para que pueda separar y entregar sus residuos reciclables en la puerta de su casa o en la tienda, al tiempo que se le recompensa con puntos redimibles por cada entrega.
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“El programa, único de su tipo en Colombia, está sembrando en la comunidad comportamientos que perdurarán, lo que constituye una ganancia inestimable. Estamos convencidos de que en el espíritu sostenible de Mi Barrio sin Residuos radica en esta y futuras generaciones de usuarios conscientes y proactivos”, afirmó Juan Sebastián Jiménez, director de Asuntos Públicos, Comunicaciones y Sostenibilidad de Coca-Cola para Colombia y Venezuela.
“Desde su puesta en marcha en la región metropolitana, Mi Barrio Sin Residuos demostró ser un modelo de economía colaborativa eficaz en beneficio de todos los actores involucrados, al representar una ganancia para cada uno de ellos: mientras el reciclador gana al obtener un incremento en los residuos aprovechables, el consumidor fortalece su cultura del reciclaje y obtiene puntos para canjear por productos en las tiendas participantes. El tendero, a su vez, incrementa así sus ventas. Este es un gran indicio para nosotros y nos impulsa a desarrollar más iniciativas encaminadas a fortalecer la economía circular,” sostuvo Johana Cerpa, directora Legal y de Asuntos Corporativos de Coca-Cola Femsa.
“Mi Barrio Sin Residuos” espera seguir consolidándose en los próximos meses como un generador de buenas prácticas reproducidas por todos los usuarios que intervienen en el viaje que un empaque o una botella emprende desde una tienda de barrio y hasta las manos de un reciclador de oficio. De este proceso brota el compromiso ambiental comunitario y se fortalecen decididamente las dinámicas de economía circular mediante el reciclaje.