Las negociaciones continuaban este sábado pero las probabilidades de alcanzar un acuerdo comercial posbrexit disminuyen, por lo que Londres y Bruselas se preparan ante la posibilidad de un fracaso el domingo, cuando vence el plazo que se fijaron.
Los equipos encabezados por el francés Michel Barnier y el británico David Frost continuaban reunidos en Bruselas ya avanzada la noche del sábado, en un ambiente que difícilmente da lugar al optimismo.
Una fuente del gobierno británico señaló que las conversaciones continuaban para identificar las posibilidades de superar diferencias, pero advirtió que las propuestas eran insuficientes.
"Las conversaciones continúan durante la noche, pero tal y como están las cosas, las propuestas sobre la mesa de la UE siguen siendo inaceptables", señaló la fuente.
Durante una tensa reunión realizada el miércoles en Bruselas, el primer ministro británico, Boris Johnson, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acordaron que los equipos continuarían discutiendo y que el domingo sería el día de tomar una decisión final.
Desde entonces, tanto en Londres como en Bruselas se multiplicaban las expresiones de desaliento sobre las posibilidades de llegar a un acuerdo.
Durante una cena con líderes de los 27 países europeos, el jueves, Von der Leyen presentó un panorama de la situación y admitió que había "más posibilidades" de una ruptura total que de un acuerdo.
El viernes, Johnson hizo lo propio, y en declaraciones a la prensa dijo que era "muy, muy probable" que las conversaciones terminen en un fiasco.
El Reino Unido se retiró de la Unión Europea el 31 de enero de este año y desde entonces rige un período de transición, que vence inexorablemente el 31 de diciembre.
A partir del 1 de enero, Londres saldrá definitivamente del mercado único europeo y la unión aduanera, y ese periodo de transición fue programado precisamente para que las partes negocien un acuerdo sobre cómo funcionaría la relación posbrexit.
Sin embargo, las negociaciones quedaron trabadas en tres temas: acceso de los navíos pesqueros europeos a aguas británicas, normas de competencia para el acceso de empresas británicas al mercado europeo, y el futuro mecanismo de solución de controversias.
De los tres, el referido a las normas de competencia es el que presenta los mayores desafíos para los negociadores.