Los diputados israelíes multiplican sus negociaciones este lunes para intentar lograr un acuerdo de última hora que evite las cuartas elecciones en menos de dos años.
Si los parlamentarios no consiguen aprobar un proyecto de presupuesto para el último año que satisfaga a todas las partes, la Knéset, el Parlamento israelí, se disolverá este martes a medianoche, y se convocarán elecciones para marzo.
El diferendo no enfrenta al gobierno con la oposición, sino a los socios del propio Ejecutivo, formado por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su otrora adversario electoral Benny Gantz.
El pasado abril, y después de tres elecciones que no arrojaron mayorías claras, ambos políticos acordaron forjar un gobierno para hacer frente a la emergencia sanitaria, lo que puso fin a la crisis política más larga de la historia del país.
El acuerdo incluía una rotación en el cargo de primer ministro y estipulaba que el gobierno adoptaría un único prepuesto para dos años (2020 y 2021), pero el Likud, la formación de Netanyahu propuso que se voten dos presupuestos distintos, lo que el partido "Azul-Blanco" de Gantz rechazó.
Ese punto, jamás resuelto, se ha convertido en el talón de Aquiles de la coalición y ha puesto de manifiesto, la tensión que hay entre Netanyahu y Gantz.
El Likud se niega a votar el presupuesto, y los analistas consideran que Netanyahu se estaría aprovechando de esta crisis para provocar nuevas elecciones y, de este modo, evitar cederle el poder a Gantz en noviembre de 2021.
O, como mínimo, para ganar margen de maniobra y negociar de nuevo el acuerdo de coalición.
En lo que parecía ser un intento de resolver la crisis, el partido de Gantz anunció un nuevo proyecto: celebrar una votación para aplazar la adopción del presupuesto de 2020 hasta el 31 de diciembre y el de 2021 hasta el 5 de enero.
Si los diputados votan en contra de este cambio de plazos, se convocarán elecciones para el próximo 23 de marzo.
De momento, la propuesta de la formación de Gantz recibió el visto bueno del Likud para que sea presentada ante la cámara.
Estas negociaciones destinadas a evitar o provocar nuevas elecciones, pues la oposición ya pidió que se disuelva el Parlamento, coinciden con un momento delicado para Benjamin Netanyahu, ante la renuncia de militantes de su partido, que decidieron darse de baja y cambiarse de formación.
Su exministro Gideon Saar anunció la creación de su propia formación "Nueva esperanza", abiertamente conservadora, y los sondeos le dan un segundo puesto en intención de voto.
Con todo, Netanyahu sigue liderando en las encuestas, pero la aparición de esa nueva formación y el auge del partido de derecha radical Yamina podrían arrebatarle votos.