Dos años más tarde de lo previsto, debido a los retrasos provocados por la pandemia, WWF acoge con satisfacción la adopción del Acuerdo Kunming-Montreal, que compromete al mundo a detener y revertir la pérdida de biodiversidad en 2030, un objetivo mundial aclamado como el equivalente al de clima, de mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5 grados centígrados.
Adoptado por 196 países bajo el Convenio sobre Diversidad Biológica, WWF ve con buenos ojos el objetivo del acuerdo de conservar al menos el 30% de la tierra, agua dulce y océanos del mundo, que respeta los derechos de los pueblos indígenas y comunidades locales y reconoce las contribuciones de los territorios indígenas y tradicionales en el objetivo de esta meta.
Sin embargo, WWF alerta de que el objetivo acordado de revertir la pérdida de la biodiversidad en 2030 podría verse socavado si no se tratan adecuadamente a nivel nacional cuestiones tan importantes como la protección de ecosistemas intactos y la lucha contra la producción y consumo insostenibles.
“Acordar un objetivo mundial común que guiará la acción colectiva e inmediata para detener y revertir la pérdida de biodiversidad en 2030 es una proeza excepcional para aquellos que han negociado el Marco Global de Biodiversidad y una victoria para las personas y el planeta. Envía una señal clara y debe ser el lanzamiento para la acción de gobiernos, empresas y sociedad hacia un mundo con la naturaleza en positivo, en apoyo de la acción climática y los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, dijo Marco Lambertini, director general de WWF Internacional.
“El acuerdo representa un hito importante para la conservación de nuestro mundo natural, y la biodiversidad nunca ha estado en un lugar tan alto en la agenda política y empresarial, pero puede verse socavado por una implementación lenta y falta de movilización de los recursos prometidos. También carece de un mecanismo obligatorio para que los gobiernos adopten medidas más ambiciosas si no se logran los objetivos.
Ahora tenemos que ver la implementación inmediata de este acuerdo, sin excusas ni retrasos: la naturaleza y todos los que dependemos de ella para nuestro sustento, economía y bienestar hemos estado esperando demasiado, ya es hora que la naturaleza prospere de nuevo. Los gobiernos han escogido el lado correcto de la historia en Montreal, pero la historia nos juzgará si no cumplimos la promesa que hicimos hoy”, añadió Lambertini.
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Uno de los temas más conflictivos en las negociaciones fue el paquete de financiación para ayudar a los esfuerzos de conservación mundial, particularmente en los países en desarrollo.
Señaló que “por eso WWF celebra el compromiso de los gobiernos de eliminar los subsidios perjudiciales para la naturaleza y el compromiso más amplio de aumentar, sustancial y progresivamente, el nivel de los recursos financieros de todas las fuentes en 2030, movilizando al menos 200 mil millones de dólares por año. Esto significaría duplicarla cantidad propuesta en 2020. Otro logro importante es el compromiso de 20 mil millones de dólares en los flujos financieros internacionales en 2025 y 30 mil millones para 2030”.
“El Acuerdo Kunming-Montreal adoptado hoy da a la naturaleza una oportunidad de luchar para recuperar el mundo, actualmente dividido por la geopolítica y la desigualdad. Particularmente, el texto sobre las especies se ha mejorado sustancialmente en el acuerdo final. Un compromiso para detener la extinción de especies en 2030 es el nivel mínimo de ambición necesario frente a fracasos anteriores y una crisis de extinción acelerada”, comentó Lin Li, directora senior de Política e Incidencia de WWF Internacional.
“La misión del acuerdo de detener y revertir la pérdida de biodiversidad en 2030 tiene el nivel de ambición adecuado, pero si sumamos los objetivos y metas, por sí solos no son suficientes para conseguirlo. Por ejemplo, carece de un objetivo numérico para reducir la insostenible huella de carbono de la producción y el consumo. Esto es decepcionante y requerirá que los gobiernos tomen medidas a nivel nacional. Sin embargo, estamos esperanzados, hace dos semanas teníamos una montaña de diferencias que resolver. Hoy nos vamos con un acuerdo que empieza, al menos, a sanar nuestra relación con la naturaleza”, añadió Li.
Ahora será esencial que los países cumplan con el Acuerdo de Kunming-Montreal, lo que incluye traducirlo a ambiciosos planes nacionales y políticas proporcionales con la escala de la crisis de la naturaleza. Los países deben actualizar sus estrategias nacionales de biodiversidad y los planes de acción para alinearlos con el objetivo mundial de revertir la pérdida de biodiversidad para 2030.