A más de un congresista las sesiones extras le interrumpieron sus vacaciones o los viajes que tenían planeados. Por ejemplo, Juan Lozano, presidente del Partido de La U, tuvo que regresar de urgencia el martes en la noche procedente de París y por eso no pudo estar en la reunión de bancada que se desarrolló en el hotel La Ópera horas más temprano.
Se le rebotaron
Se supo que ayer en la mañana, durante la reunión de bancada del Partido Liberal, los legisladores se le revelaron al presidente de la colectividad, Simón Gaviria, pues en muchos senadores y representantes persistía el temor de ser investigados después de que participarán en la votación de las sesiones extras, convocadas para votar el hundimiento de la Reforma a la Justicia.
Otra tesis
A su turno el senador conservador Roberto Gerlein persistía en su tesis de que no había problema alguno si votaban el hundimiento de la Reforma y le señalaba a varios amigos suyos: “En Colombia es el único país donde los congresistas temen ser sancionados por cumplir la labor de asistir a las sesiones”. Anotó que esa era la obligación de los legisladores, la de cumplir con el trabajo.
El reflejo de todos
Un secretario de una de las 14 comisiones parlamentarias dijo, pidiendo primero la reserva de su nombre, que las relaciones entre el Gobierno y el Congreso quedan muy delicadas porque el Jefe del Estado puso a la ciudadanía en contra del Parlamento, en medio de todo este escándalo por la Reforma a la Justicia. A la par de ello, el comentario en las diferentes conversaciones de los senadores y Representantes era que el Congreso había quedado en estado de coma o, como mínimo, en cuidados intensivos.