Por cuenta de si la ciudad está o no preparada para el posconflicto, enfrenta a la alcaldesa de Florencia, María Susana Portela, y al obispo de Florencia, monseñor Omar de Jesús Mejía.
Portela manifestó que la capital del Caquetá no está preparada para el posconflicto. “No estamos preparados aún, no es fácil, precisamente cuando la institucionalidad quedó pequeña, porque ya tenemos 119 mil desplazados, personas en condiciones de desplazamiento”.
Entre tanto el obispo Mejía señaló que “está hablando más desde lo poblacional porque Florencia desde el censo dice que somos 192 mil habitantes, que en estos momentos seguramente pasan de 300 mil, en ese sentido es que ella lo dice, pero en la cuestión de cultura tiene que irse creando, y si no lo estamos lo tenemos crear”.
La Mandataria, que ha estado por esto días en Bogotá, manifestó frente a este tema que “Florencia es una de los 57 municipios que quedó sin regalías específicas porque no logramos el 35% de necesidades básicas insatisfechas que exigió el Departamento Nacional de Planeación para la distribución de estas regalías”.
El prelado manifestó además que “lo fundamentalmente es que hay que crear una cultura de paz y la paz no solamente depende de una firma, depende de muchos elementos que en la medida de que se va avanzando tiene que ir apareciendo y sobre todo aquí la gran ilusión es que cada vez más allá sentido de pertenencia a todos los caminos posibles por la paz”.
Agregó que no solamente eso se genera desde un sector, sino desde todos, en todas partes queremos la paz, pero eso no puede depender de una negociación, “hay que generarlos desde la cultura, la educación, desde los niños y desde las escuelas”.
Expresó la mandataria Portela que “en el Caquetá a pesar de haber vivido 50 años en el conflicto armado, no tenemos realmente una representación política fuerte en el Congreso de la República y en el Gobierno nacional y por eso todos los recursos se van para la Costa, se va para los santanderes, el Eje Cafetero, para Antioquia y por supuesto los territorios nacionales, el Caquetá, el Putumayo, el Amazonas, todos estos territorios donde vivimos el conflicto armado, no tenemos una fuerza política que nos ayude a gestionar y jalonar programas de Gobierno nacional para la comunidad”.
El Obispo de Florencia manifestó además que “esta gente ha sufrido mucho. Y el mero hecho de todas las circunstancias que han sufrido, eso ya genera una preparación implícita. Y las instituciones estamos en esa tarea de ir a organizando los procesos de reconciliación. Y el posconflicto tiene que ser una gran oportunidad para mostrar la gentileza y la amabilidad del Caquetá”.
Y concluyó: “Estamos trabajando fundamentalmente el tema de la reconciliación. Estamos con los sacerdotes, insistiendo mucho en la necesidad de escucha y en la necesidad de presencia activa. La Iglesia es muy organizada en cada municipio: tiene sus sacerdotes, tiene su trabajo apostólico y a cada uno se les está dando el tema”.