Retomando las cifras del informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (United Nations Office on Drugs and Crime, Unodc), publicadas en julio por EL NUEVO SIGLO, el diario norteamericano The Washington Post tituló ayer que Colombia recuperó el primer lugar como productor de coca mundial, seguido por Perú y Bolivia.
El periodista Nick Miroff, corresponsal para América Latina del rotativo estadounidense, se desplazó a Tierradentro, zona montañosa de los municipios de Inzá y Belalcázar, Cauca, para afirmar que “el cultivo ilegal de coca en Colombia está surgiendo, borrando uno de los casos de éxito de la política antinarcóticos de Estados Unidos y amenazando con el envío de cocaína barata a través de vías de contrabando hacia el país norteamericano”.
“El boom de la coca se produce en un momento especialmente delicado para el Gobierno colombiano, que está en las etapas finales de las negociaciones de paz con las Farc, que durante mucho tiempo se han beneficiado del comercio ilegal de drogas”, resaltó el reportero.
Miroff citó en el reportaje a Jorgan Andrews, director de Asuntos Antinarcóticos de la Embajada de Estados Unidos en Bogotá, quien asegura que el aumento en la producción de coca parece estar ligado al proceso de paz y la expectativa suscitada por los programas de sustitución de cultivos entre comunidades dedicadas a este negocio.
Según Andrews, “una interpretación es que aquellos que más la siembren recibirán más beneficios del Gobierno”.
Cifras de la ONU
Como ya fue divulgado en julio, el último Informe de Monitoreo de Cultivos de Coca en Colombia, producido por Unodc en colaboración con el Gobierno nacional muestra que el área de cultivo y la producción de cocaína del país aumentó sustancialmente en 2014.
El informe señala que el área de cultivo de coca subió un 44 por ciento, de 48.000 hectáreas en 2013 a 69.000 en 2014, mientras que la producción potencial de cocaína, a su vez, aumentó de 290 a 442 toneladas métricas en el mismo período, lo que representa un aumento del 52 por ciento.
El informe anual se basa en imágenes de satélite, e incluye datos relativos a los cultivos, esfuerzos de erradicación en Colombia y variables clave para la comprensión del fenómeno. Este año la publicación indica que mientras que la zona de cultivo de arbusto de coca disminuyó en algunas regiones de Colombia (Amazonas, Orinoco y Sierra Nevada), aumentó en otros (Pacífico, Central, Putumayo-Caquetá y Meta-Guaviare). En este último, los cultivos de coca crecieron fuertemente en dos parques nacionales, La Macarena y Nukak. La presencia de coca aumentó también en consejos comunitarios y resguardos indígenas.
Un aumento regional de destacar se registró en la región de Putumayo-Caquetá, que vio un crecimiento del 68 por ciento -pasando de unas 12.000 hectáreas a más de 20.000 hectáreas-, mientras que la región con la mayor superficie cultivada, el Pacífico, registra un aumento del 40 por ciento, de cerca de 18.500 hectáreas a cerca de 25.900 hectáreas.
El valor de la producción de hoja de coca y productos derivados (pasta de coca y base de cocaína) también subió en un 40 por ciento, de 292 millones de dólares de 2013 hasta 408 millones de dólares en 2014. Esto es el equivalente a 0,3 por ciento del PIB de Colombia y tres por ciento de la participación en el PIB del sector agrícola.
"Los cultivos ilícitos no han traído desarrollo positivo a ninguna comunidad en ninguna parte del mundo. Por este motivo Unodc alienta al Gobierno de Colombia, para mantener y aumentar el programa de desarrollo alternativo en el país", dijo entonces Bo Mathiasen, representante de Unodc en Colombia.
Durante los últimos 11 años, los proyectos de desarrollo alternativo en Colombia (que tienen por objeto el desarrollo de fuentes alternativas de ingresos para los agricultores que dependen de cultivos ilícitos) han impactado positivamente a cerca de 180.000 familias. A través de esta estrategia, las familias han mejorado su calidad de vida y obtenido una fuente lícita de ingresos. El desarrollo alternativo, por tanto, no sólo es útil para contrarrestar los cultivos de coca, sino también otras actividades ilícitas que amenazan a las regiones más vulnerables del país.
Más coca
El reporte también generó alertas sobre la producción de cocaína, ya que los mercados internacionales ni las estadísticas sobre consumo muestran señales de cambio.
Por el contrario, el Informe Mundial de Drogas entregado una semana antes, a finales de junio, mostró que aunque el consumo de cocaína en Europa y los Estados Unidos sigue siendo alto, hay reducción en la prevalencia de uso durante los últimos años.
Bajo estas circunstancias, no es claro el destino de la cocaína que se estaría produciendo en Colombia, una mayor oferta implicaría que el riesgo de aumento del consumo interno o en la región, es mayor. En este escenario se deben preparar y fortalecer las estrategias de prevención del consumo; igualmente los países vecinos deben estar alerta ante la posibilidad de tener un aumento en el tráfico de cocaína.