Como un hecho inusitado en Colombia, para estas elecciones presidenciales 2022-2026, se ha abierto un enorme abanico de candidatos, algunos los denominan precandidatos, pero en realidad cuando una persona quiere lanzar su nombre a la elección presidencial, lo hace con el propósito de llegar a ser presidente. Ahora bien, muchos de ellos saben que sus opciones son muy limitadas, pero aun así salen a la contienda.
Esta explosión de candidatos es inusual en nuestro país que ha sido esencialmente bipartidista, pues solo en el presente siglo y en menos de dos décadas, han surgido una serie de movimientos con alcance de partidos, donde unos han obtenido importante representación en el Congreso y en los entes territoriales, compartiendo el poder con los partidos centenarios tradicionales (Liberal-Conservador) y desde luego con algunos de fusiones de izquierda de partidos minoritarios como lo fue el Moir, el Partido Comunista y otros más, que unidos han alcanzado alguna importancia, digamos como lo que fue Anapo, luego Alianza Democrática M-19, Unión Patriótica UP, después el Polo Democrático Alternativo, el Partido Verde, este ultimo de centro izquierda y últimamente han surgido movimientos indígenas y la Colombia Humana entre otros más.
De otra parte, como expresiones de centro tirando más hacia la derecha, Cambio Radical, el Partido de la U que ha dado bandazos entre ambos lados y el Centro Democrático marcadamente de derecha. También los movimientos cristianos que de manera organizada y disciplinada han logrado un espacio importante en la actividad democrática. A lo anterior se suman propuestas de candidatos de diferentes matices que con eslóganes pretenden recolectar firmas para inscribir sus candidaturas ante el Consejo Electoral. A la fecha suman 58 candidatos, algo nunca antes visto. La gran mayoría sin posicionamiento concreto ante el electorado, algunos con hojas de vida validas, experiencia y hasta buenas propuestas, otros que no marcan absolutamente nada.
¿Entonces cual es el camino a seguir? Los partidos experimentados como el Conservador han tomado decisiones maduras definiendo su candidato sin desgastes internos, aunque algunos críticos consideran que han saltado instancias internas, pero no es así, los organismos de esta colectividad como la bancada parlamentaria y el Directorio Nacional eligieron su candidato, David Barguil y próximamente la Convención Nacional lo proclamará. El partido Liberal está próximo a definir el suyo, mientras los pactos y coaliciones buscan consulta de candidatos o bien los inscribirán a riesgo propio. La izquierda se desvanece entre múltiples opciones, mientras uno solo candidato marca la pauta.
Finalmente, tanto izquierda como derecha llegarán al 13 de marzo con dos o más candidatos con posibilidades, quedarán algunos otros con firmas que hayan alcanzado la recolección y entonces de ahí dependerá quien pase a la segunda ronda. Lo más probable será un candidato de derecha y el otro de izquierda, ya que la dinámica no muestra dos de derecha, más si podrían ser dos de izquierda. Esta premisa puede variar dado que en política nada está escrito, solo el día electoral mostrará las realidades.