Adriana Llano Restrepo | El Nuevo Siglo
Viernes, 12 de Diciembre de 2014

EL SEPTIMAZO
Descaros

Es  como si el Día de Inocentes con su prosaica manía de entronizar las bromas, chascarrillos, tomaduras de pelo y otras yerbas, se hubiera adelantado. No de otra manera puede uno entender la ocurrencia de tantos descaros y la presencia de tantos descarados en La Habana que hablan y obran sin una pizca de pudor.

Descaros los contenidos en esta carta de las Farc al Niño Dios o ¿al Gobierno? En caso de llegar a buen término el proceso de paz, según nos lo reveló Uribe hace más de una semana, sin que en la carrera octava hayan dicho ni pío: 1. Mantener a los guerrilleros rasos con un auxilio de $1.800.000 por 5 años mientras se preparan

profesionalmente; 2. Mantener logística y financieramente la seguridad del secretariado; 3. Reparar económicamente a familiares de comandantes guerrilleros asesinados por las Fuerzas Militares; 4. Archivar y cerrar todas aquellas investigaciones contra cualquier miembro de las Farc; 5. Todos los guerrilleros que se encuentren en las cárceles deben ser liberados sin condiciones; 6. Borrar todos los registros penales en las páginas de internet del Gobierno e Interpol; 7. No permitir que se difame o se desprestigie el nombre de las Farc a nivel internacional; 8. Permitir que las Farc tengan su propio canal de tv y emisora radial con el propósito de expresar sus ideas y libre comunicación.

Si Uribe, que está más enterado de lo que acontece en Colombia que el autista de Palacio, no nos lo cuenta, seguimos timados por la contraparte taimada de La Habana.

Descaro darnos de aguinaldo la controvertida propuesta de incluir el narcotráfico en la lista de delitos conexos, según se colige de este trabalenguas santista: “Nunca aceptaré el narcotráfico como un delito político, pero la utilización de los recursos del narcotráfico que ha hecho la guerrilla para hacer su trabajo de rebelión, de alguna forma tiene que ser reconocido en la justicia transicional para efectos de participación en política”.

La posible amnistía al narcotráfico no es solo “la genuflexión del Estado ante el poder del crimen organizado”, como advierte Pastrana, sino un descaro mayúsculo, una puerta futura en este país de argucias, para que incluso y por arte de birlibirloque, borrar de la historia vergüenzas como el 8.000.

Descaro querer cambiar la semántica sin aviso a la RAE, porque conexo es estar vinculado; reparar es pagar por un daño; asesinar a sangre fría y dar de baja en combate, antónimos.