ALBERTO ABELLO | El Nuevo Siglo
Lunes, 10 de Septiembre de 2012

Quema de brujas en Colombia

 

La noticia estremecedora de la horrible muerte por incineración  de una humilde mujer, María Berenice,  de 47 años, en  Santa Bárbara, población del Departamento de Antioquía, produce náuseas. En la Edad Media quemaban a las brujas europeas, la superstición era  la causa, así como los errores de una justicia negativa, incapaz de entender a la mujer y los fenómenos psicológicos Las gentes acuden a las brujas y brujos para  auscultar el futuro y atender problemas del corazón. Se decía que las brujas tenían pacto con el diablo, que volaban con una escoba y sus aquelarres podían traer la desgracia a los hombres más poderosos. En el caso de la amulatada bruja paisa, su clientela como que era de todo tipo de gentes y condición social. Los vecinos, como Ana Luz Arenas, alegan que la supuesta bruja: “había enfermado a muchas muchachas de la vereda. Una vez, una de ellas estaba aquí en mi casa cuando empezó a torcer los ojos y a gritar madrazos y a decir 'Ahí viene ‘Berenice'”. 

Su hermana María Martínez cuenta que a la pobre mujer los despiadados  criminales la desnudaron, le arrancaron el pelo y después de someterla a horribles torturas hicieron una hoguera en el patio de su casa y la quemaron, mientras sus seis perros ladraban. El informe policial señala que a Berenice, como era más conocida, le quitaron la ropa, le arrancaron el pelo y luego la quemaron. Tras el crimen, los asesinos cogieron el cabello, las fotos y prendas de la mujer e hicieron una hoguera en el patio de su vivienda,  frente a sus  seis fieles perros que ladraban desolados. Lo más raro es que los vecinos declaran, que no oyeron, ni vieron nada y  ni siquiera sintieron los ladridos de los perros. Apenas una mujer reconoció que oyó los ladridos desgarradores de los fieles canes durante dos noches seguidas, que se le hicieron eternas y no hizo absolutamente nada. Es sospechoso que todo un pueblo padezca de sordera momentánea y no oiga  los gritos de la mujer e ignoraron el humo y el mal olor que despedía su cuerpo achicharrado.

Poco se sabe de Berenice, no faltan los que confiesan que solía tener como visiones de hechos raros  que se cumplían con frecuencia, y reconocen que solía informar a las mujeres de la infidelidad de sus parejas y esposos. Lo mismo a éstos de las travesuras de sus mujeres y queridas. Es posible que por culpa de esas visiones algunos crápulas resolvieran asesinarla de manera cobarde y vil. No se trató de un robo, dado que, según sostiene su hermana, apenas sobrevivía en la extrema miseria.

Algunos dicen en voz baja que de cuando en cuando la bruja  atendía mafiosos de la región, acaso esas fatales reuniones y sus premoniciones o inventos le costaron la vida. La humilde mujer, farsante o visionaria, no merecía tan pavorosa muerte, hasta las brujas tienen derechos y merecen el respeto a la vida. Es de esperar que tan horrendo asesinato se esclarezca, no se  quede en la impunidad.