Encuestas hasta la del 30
La semana pasada estuvo pródiga en noticias de carácter político que pusieron a pensar y a repensar a los votantes bogotanos respecto a sus deseos de acercarse a las urnas para definir el destino de la capital. Dos hechos trastornaron la baraja, la cual se vuelve a repartir y quienes reciben la información tienen ahora en qué pensar; o se reafirman interiormente en su voluntad de cómo votar o meditan y vuelven a meditar de nuevo su voto.
Los conservadores nos quedamos sin candidato; Dionisio, quien alcanzó a adelantar en un muy corto tiempo una campaña valerosa y de reafirmación conservadora, puso a consideración de quienes lo habían elegido su deseo de no continuar por falta de respaldo de las jerarquías del partido. Sopesaron los pros y los contras de la propuesta y dispusieron acompañarlo en su decisión. El partido comenzaba a despertar su mística ante un candidato de calidades excelsas; es una verdadera lástima pero las circunstancias se dieron y es necesario vivir con ellas. Dicen los que saben y son experimentados en el manejo político que lo único cierto en estos ajetreos es lo que ya acaeció.
El segundo hecho fue el fortalecimiento de la candidatura de Gina Parody; su alianza, arreglo o como sea dable calificar su unión con Mockus la coloca en un trío de candidatos con opción de ganar. En las toldas de Peñalosa se ha apoderado una cierta desconfianza acerca de la posibilidad de ganar. Las encuestas para quien cree en ellas daban como triunfador a Petro, salvo la de Datexco publicada por El Tiempo con un gran despliegue, digno de otra información, el domingo pasado que dio como triunfador a Peñalosa por amplio margen; ésta fue rectificada posteriormente, ya no con tanta parafernalia, con otros datos de otra encuestadora que vuelve por los fueros de Petro y lo hace ganador por amplio margen. Todos estos datos son especulativos. Con Gina en juego los pronósticos tendrán que replantearse. Aquel sector de la ciudadanía que es cobijado bajo la denominación genérica que no sabe y no responde puede cambiar de opinión y ahora ante una candidata fresca sin ataduras políticas conocidas puede resolverse a hacerse sentir y mover la balanza hacia algún lado. Tal parece que Petro y Peñalosa están en sus marcas cualesquiera que ellas sean. Los conservadores, digan lo que digan sus directivas votarán por alguno de los candidatos en la palestra, salvo desde luego por Petro quien fuera el verdugo de uno de sus más respetados orientadores, Álvaro Gómez. Quedan pues entre los que tienen opción: Gina y Peñalosa. Este último cuenta con el visto bueno de diversos dirigentes políticos, entre quienes el que más se destaca es Uribe. Así como en ciertos núcleos de opinión este respaldo le hace bien, en otros genera resistencias. Es lo que se oye aunque no lo digan las encuestas. Esperemos y actuemos en la del 30.
Una campaña que se estaba poniendo aburridora, tiende a tener momentos que conmoverán a la opinión pública y moverá a la ciudadanía a ocuparse con más interés por la suerte de la ciudad, pues el abanico es atractivo, con una sola excepción.