Alfonso Orduz Duarte | El Nuevo Siglo
Sábado, 22 de Agosto de 2015

“Riquezas hidrográficas de América del Sur”

A TRAVÉS DEL TEODOLITO

Corredores interoceánicos

QUIEN  se asome al mapa de América del Sur no puede dejar de analizar las riquezas hidrográficas del continente, que la verdad sea dicha, no han sido  utilizadas como corresponde a un medio de transporte, el más económico de todos aquellos de los cuales pueden disponer los habitantes de la región. Ya nuestros antepasados de antes de la llegada de Cristóbal Colón se habían valido en forma precaria de las vías acuáticas para movilizarse dentro de lo “estrecho” de sus territorios.

Hoy, tantos siglos después, la globalización es un fenómeno creciente al cual ningún país del mundo, ninguna civilización o religión o conjunto humano podrá quedar al margen ni aunque lo quieran. Dentro de la globalización unos querrán tener mayor protagonismo que otros, lo cual creará conflictos de los cuales ningún rincón del mundo ha sido ajeno.

Los WASP (White anglosaxon protestants) bajo cuya sigla bien puede entenderse  el mudo occidental, está, pudiera decirles aunque en forma impropia, amenazado, por el imponente desarrollo del mundo asiático que hará que el desarrollo global sea menos occidentalizado; las costumbres y usos de nuestros vecinos de otro lado del mundo tendrán posiblemente vigencia, sin que el domino de EE.UU., bajo cuya influencia, económica, tecnológica y militar,  quiérase o no, está nuestro continente, en términos globales tendrá una disminución gradual, sin que por ello la brecha entre países pobres y ricos deje de crear clima de conflictos. Estas son consideraciones del National Intelligence Council de los Estados Unidos.

Como una consideración primitiva y objetiva, bien se puede decir que como Colón y sus sucesores los conquistadores y colonizadores llegaron a nuestras tierras por vía marítima, el desarrollo de América del Sur se ha realizado en nuestras costas, salvo algunos visionarios, digamos aventureros como de Gonzalo Jiménez de Quesada que se arriesgó y llegó a este paraíso que es la llamada hoy Sabana de Bogotá; no es fácil encontrar a esta altura sobre el nivel del mar la exuberancia de la naturaleza. Fundó la ciudad que hoy tiene cerca de 8 millones de habitantes a la cual todo le quedó pequeño incluyendo la calidad de los últimos alcaldes.

Pero bien se puede decir que el crecimiento de sus territorios ha sido de afuera hacia adentro, quedando buena parte del interior, pudiera decirse, ajena a la dinámica del crecimiento por lo menos en cuanto a vías de comunicación se refiere. De ahí se puede explicar limitación de las vías terrestres de comunicación en particular por lo que significa atravesar la formidable cordillera de Los Andes que corre de sur a norte que es una barrera entre el Atlántico y el  Pacífico. El ejercicio de la ingeniería es básicamente utilizar las leyes físicas y también las de la naturaleza en provecho de la humanidad, se ha sugerido como propuesta a los países de América del Sur la interconexión de todos sus sistemas hidrográficos creando así un sistema de comunicación aprovechando los dones de la naturaleza como son todos los ríos. Los corredores de carácter interoceánico se cuentan el Orinoco-Meta-Pacífico que compromete las voluntades y deseos de Venezuela y Colombia y el Amazonas-Putumayo-Pacífico que compromete a Brasil y Colombia. Grandes obras de ingeniería habría que adelantar que generarían impactos sociales, políticos, demográficos de medio ambiente, educativos y profesionales que cambiarían nuestro destino.