“Amigos dispuestos a todo” | El Nuevo Siglo
Viernes, 30 de Agosto de 2024

La posición de Gustavo Petro frente al fraude electoral en Venezuela es un asunto que debe preocuparnos profundamente a los colombianos. Este comportamiento no solo evidencia una complicidad tácita con la dictadura de Nicolás Maduro, sino que también plantea serios desafíos para la defensa de la democracia en nuestro propio país de cara a las elecciones de 2026.

La situación actual es crucial para Colombia por diversas razones. En primer lugar, la relación personal entre Petro y Maduro deja entrever un peligroso contubernio. Petro no ha dudado en mostrarse indulgente ante las flagrantes violaciones de los derechos humanos cometidas por el régimen venezolano contra la oposición. Su reiterado llamado a la publicación de las actas de la elección no es más que una maniobra dilatoria, diseñada para ganar tiempo y oxigenar al dictador. Además, las reuniones de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, promovidas por Petro, no tienen otro propósito que el de legitimar el fraude en Venezuela. Todo esto, sumado a la presencia de personajes como Ernesto Samper, un conocido aliado y cómplice de Maduro, refuerza la percepción de connivencia con la dictadura.

Petro, consciente de la percepción pública sobre su baja imagen, ha optado por posicionarse en contra de la voluntad mayoritaria del pueblo colombiano que ha manifestado masivamente su rechazo al fraude en Venezuela, a través de marchas y plantones; según las últimas encuestas de Invamer, la desaprobación de Petro ha superado el 66%, un claro indicio del creciente descontento por el desgobierno. Además, ha desoído las voces de casi todos los expresidentes colombianos que han instado a reconocer el legítimo triunfo de Edmundo González en las urnas.

La reciente visita de Álvaro Leyva Durán al dictador Maduro no debe pasar desapercibida. Este encuentro, lejos de ser una acción política o personal sin el conocimiento de Petro, revela la existencia de una agenda oscura, dadas las intenciones que siempre tiene Leyva debajo de la manga. Maduro, al referirse a esta visita, dejó claro su mensaje: "Tenemos muchos amigos en Colombia y están dispuestos a todo". Este comentario nos lleva a cuestionar hasta dónde están dispuestos a llegar esos “amigos” o aliados del régimen y qué implicaciones podrían tener sus acciones para Colombia.

A pesar del creciente rechazo internacional al fraude en Venezuela, Maduro, con el respaldo de aliados como Petro, se resiste a ceder el poder. Sin embargo, el propio entorno del dictador parece estar debilitándose, según rumores de disidencias incluso entre miembros del Ejército y la Guardia Nacional de Venezuela.

No debemos subestimar el peligro que representan los "amigos" de Maduro en Colombia. Estos aliados, entre los que se incluyen Leyva, Samper y el propio Petro, aunque no tengan un amplio respaldo popular, poseen la determinación necesaria para causar inestabilidad y daño. La reciente iniciativa legislativa para revivir la reelección presidencial, impulsada por una senadora de bolsillo de Petro, aunque no prospere, son claros intentos de preparar el terreno para un potencial golpe a la democracia también en Colombia.

Ante esta amenaza, es imperativo que los colombianos, independientemente de diferencias políticas entre todos los contrarios a la izquierda recalcitrante, nos unamos para defender la democracia y evitar anticipadamente cualquier intento antidemocrático de perpetuación en el poder por parte de Gustavo Petro. La unidad y la acción decidida serán nuestras mejores herramientas para salvaguardar la democracia en 2026. Así de claro.

@ernestomaciast