AMYLKAR D. ACOST M. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 29 de Mayo de 2013

La Alianza del Pacífico

 

La VII Cumbre de la Alianza del Pacífico que integran Colombia, México, Perú y Chile que acaba de concluir ha despertado una gran expectativa, pues promete convertirse en el bloque comercial más auspicioso de cuantos se han forjado en la región. De entrada los presidentes Santos, Humala, Peña Nieto y Piñera acordaron desmontar en un breve plazo todas las barreras arancelarias; por lo pronto, a partir del 30 de junio el 50% del universo arancelario de estos países estaría exento.

Queda por delante una tarea propia de verdaderos orfebres encomendada a varios grupos de trabajo, para definir aspectos atinentes a normas de origen, medidas sanitarias y fitosanitarias, obstáculos técnicos al comercio, facilidades migratorias, el transporte intermodal, y la cooperación aduanera, entre otros. Aspectos estos todos, además de complejos y álgidos.

Esta alianza tiene dos particularidades que la hacen muy peculiar: en primer término su ambición va mucho más allá de lo meramente comercial y propende por la libre movilidad intra-regional tanto de capitales, bienes y servicios como de las personas. La otra característica es que esta Alianza se inscribe dentro de la modalidad del regionalismo abierto, de tal manera que otros países distintos a los fundantes de la misma pueden acceder a la misma, como lo acaba de hacer Costa Rica.

De consolidarse este bloque económico adquiriría un gran peso específico en la región, pues sumados estos cuatro países representan el 50% del comercio de la región, cuyas exportaciones e importaciones en el 2012 fueron del orden de los US$ 556.000 millones y US$ 551.000 millones, respectivamente. Su PIB agregado equivale al 3.5% del PIB mundial, a la par con el PIB de Brasil, considerada como la octava economía del mundo.

Son varios los obstáculos a salvar antes de que, como lo afirmó el presidente Santos, esta Alianza se constituya “en el nuevo motor económico y de desarrollo de América Latina”. Empezando porque, como lo advirtió en su momento la exministra Cecilia López, de acuerdo con la Cláusula de la Nación más favorecida, “cualquier concesión que el país le haga a otros en términos de comercio, automáticamente tendrá que aplicarla a Estados Unidos, así ese tema se haya manejado de otras maneras en el TLC con ese país”. Como dicen en Norte de Santander, al lado del enfermo come el alentado!

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