Amylkar D. Acosta M* | El Nuevo Siglo
Martes, 23 de Junio de 2015

Bajos y oscilantes

 

Esta vez los fundamentales del mercado han sido los responsables de la caída de los precios del petróleo. La sobreoferta de crudo en el mercado, atribuible en gran medida a la revolución de los esquistos en los EE.UU., fue el detonante de esta caída tan abrupta de los precios. Estos pasaron de US$ 115.19 el Brent y US$ 107.95 el WTI el 16 de junio del año pasado a US$ 63.70 y US$ 59.85 del día de ayer, respectivamente, el más bajo precio desde el 2009.

Ahora EE.UU. con una producción de 9.7 millones de barriles/día, como lo afirma el director general de la BP, Bob Dudley, “ha superado a Arabia Saudita y Rusia como primer productor mundial de petróleo, por primera vez desde 1975”.  Esta es la primera vez en la historia de la industria petrolera que un país consigue aumentar su oferta en más de 1 millón de barriles/día durante tres años consecutivos. Y claro, esto le ha significado a EE.UU. también una sensible baja en sus importaciones y su consumo de crudo, reduciéndolas en un promedio de 3 millones de barriles/día.

Por distintas circunstancias, entre ellas la embestida del terrorista Estado Islámico en Irak y Siria, así como el conflicto en Yemen, la caída de los precios se detuvo sin alcanzar su piso, recuperando más del 37.5% con respecto al más bajo precio alcanzado en el mes de enero. Pero la sobreoferta se mantiene, esta llegó a los 2.54 millones de barriles/día en el primer trimestre de este año, debido en gran medida a que a pesar de una reducción del 49% desde octubre pasado a esta parte de la actividad en las plataformas de perforación en EE.UU., su ritmo de producción no cede. Pero es que, además, la producción del cartel de la OPEP supera su propia cuota autoimpuesta de 30 millones de barriles/día y para marzo de este año se situó en los 30.79 millones de barriles/día. Los niveles actuales de existencias en inventario son un reflejo de ello, superando los 459 millones de barriles, los más altos en 80 años (¡!).

Y, como si lo anterior fuera poco, con el Acuerdo al que llegaron los países de Occidente, liderados por EE.UU., con Irán se levantarán las sanciones impuestas y ello le permitirá normalizar su producción y exportación de crudo. Recordemos que antes de dicha sanción Irán exportaba 2.5 millones de barriles/día y desde entonces sólo exporta 1 millón de barriles/día. De manera que es de esperarse que la mayor oferta de Irán, que cuenta con 30 millones de barriles de crudo almacenado, habrá de ejercer una presión adicional sobre los precios impidiendo que estos superen el límite de los US$ 65 el barril. Estamos en presencia de un nuevo escenario mundial de la industria petrolera y para ello deben prepararse los países productores y exportadores del oro negro.

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*Exministro de Minas y Energía