Amylkar D. Acosta M. | El Nuevo Siglo
Martes, 3 de Mayo de 2016

SOBRECARGAS

El mantra de Electricaribe

 

ELECTRICARIBE, filial del grupo empresarial español Gas Natural-Fenosa es el operador de red en la región Caribe de Colombia y abarca siete departamentos, excluyendo al archipiélago de San Andrés. Esta empresa tiene una pésima reputación entre sus usuarios, aproximadamente 2.6 millones, equivalente al 25% de la demanda nacional, debido a la pésima calidad del servicio que reciben, el cual no cumple con los mínimos requerimientos de Ley, tales como son la eficiencia, la calidad y sobre todo la continuidad.

 

Sus problemas empiezan por el tipo de mercado al cual sirve. Se trata de un mercado no competido, pero tampoco competitivo, en razón de que el 80% de sus usuarios se reparte entre los estratos 1 y 2, barrios subnormales y zonas de difícil gestión, los cuales se caracterizan por su bajo poder adquisitivo y por consiguiente con muy poca capacidad de pago de su factura. Ello repercute en la calidad de la cartera. Bien dijo el ex ministro Rodrigo Escobar Navia que un mercado de pobres es un pobre mercado.

 

Y ello nos ha conducido a un callejón sin salida, en el que no se paga porque no se presta un buen servicio y la empresa alega que no presta un buen servicio porque no tiene caja debido al impago por parte de los usuarios. La falta de caja le resta capacidad de inversión a la empresa y, además, se ve abocada a comprar actualmente el 22% de la energía que comercializa en bolsa a precios mucho más altos que si la contratara. Por ello, el Presidente Santos le pidió a Gas Natural-Fenosa su capitalización.

 

Y así llegamos a la nuez de la problemática que afrontan los usuarios de Electricaribe, cual es el rezago histórico en materia de inversión, el cual ha repercutido en el deterioro del servicio que se presta. A ello se vino a sumar una distorsión causada por una norma regulatoria supremamente perversa, que toma como base para la remuneración de las inversiones en distribución la metodología del costo medio histórico, lo cual desincentiva la inversión en expansión.

 

Ese es el gran lastre que le impide a Electricaribe  prestar un buen servicio: la falta de inversión en la infraestructura. Ello da lugar a la sobrecarga de los transformadores y conductores por crecimiento de la carga, pero también por obsolescencia de la red, contaminación y mayores requerimientos de mantenimientos, máxime cuando su fragilidad está en niveles críticos.

 

La falta de firmeza y confiabilidad del Sistema eléctrico en el Caribe se ha convertido en el principal cuello de botella para la competitividad regional, afectando a las empresas, a la hotelería, al comercio, al tiempo que se ha convertido en una calamidad para los usuarios residenciales, desesperados y desesperanzados, que ya no ven salida distinta al cambio de operador de red, como lo están demandando los gobernadores y alcaldes de las ciudades capitales de la región Caribe.

www.fnd.org.co