AMYLKAR D. ACOSTA M. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 3 de Octubre de 2012

Reforma tributaria o laboral

 

Como dijo Marroquín, es flaca sobremanera toda humana previsión y en más de una ocasión sale lo que no se espera. Pues bien, después de que el Gobierno había descartado la presentación del proyecto de reforma tributaria, por lo menos en este segundo semestre, debido a los efectos colaterales causados por el fiasco del hundimiento de la reforma de la Justicia, después de muchos ires y venires, el  ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, ha anunciado que la presentará a la consideración del Congreso de la República.

Siempre se ha dicho que dicho proyecto de reforma no tendría pretensión distinta a simplificar el farragoso estatuto tributario. Pero, a medida que pasan las horas más parece una caja de Pandora. Ahora se dice que a través de la misma hay que rebajar la tarifa al impuesto de renta a las empresas del 33% al 27% supuestamente “para que haya más empleo formal” y de contera se propone el desmonte de los parafiscales, que no son otros que los aportes de las empresas al SENA, al ICBF y a las cajas de compensación familiar. Así las cosas, este proyecto de reforma tributaria ha terminado trastocándose por arte de birlibirloque en una reforma laboral

De acuerdo con las declaraciones del Ministro de Hacienda “el Gobierno está convencido de que la única forma de elevar la competitividad y la formalidad es reduciendo las barreras de entrada al mundo formal, a la economía moderna”. A juicio del ministro Cárdenas, “propuestas como descargar a las empresas de algunos pagos, como los parafiscales o contribuciones a la salud, para estimular el empleo formal, son opciones que hay que evaluar”.

Y no estamos hablando de naderías, sólo por concepto del 9% de aportes al SENA, al ICBF y a las cajas de compensación se hicieron erogaciones el año anterior del orden de los $ 7.8 billones (¡!). Cabe preguntarse, de dónde saldrían estos recursos para suplir dichos aportes de las empresas.

De lejos, constituye un escollo mayor para la competitividad el aberrante retraso en materia de infraestructura que los mayores costos que representan para los empresarios tales “cargas”. Bien ha dicho el director de Analdex, Javier Díaz, las falencias en materia de infraestructura y “los extracostos logísticos nos matan”. La insistencia en el desmonte de los parafiscales sólo sirve de sofisma de distracción.

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