ANDRÉS FELIPE RANGEL GÓMEZ | El Nuevo Siglo
Sábado, 6 de Septiembre de 2014

Cuando la educación dio la espalda a Dios

“Para recuperar el poder transformador de la verdad”.

Vishal Mangalwadi

Hubo un momento de la historia en que la educación le dio la espalda a Dios y a sus sabias palabras. Un momento  en que la educación miró por encima a la Biblia y el conocimiento que se puede encontrar en ella, y al igual que una mujer engreída, o un joven orgulloso, dio la espalda a la eterna sabiduría para intentar interpretar al mundo lejos de ella. Sin embargo, su abandono dejó huellas. Universidades como Harvard con su eslogan “Veritas” -verdad- y con el propósito en su origen de formar ministros cristianos; Oxford y Cambridge que fueron monasterios creados para cultivar la mente y el carácter; las universidades de Serampore y Allahabad en la India, que fueron fundadas por creyentes; Juan Amos Comenio, creyente y para algunos el padre de la educación moderna, quien funda la primera universidad moderna en Halle, Alemania; Mary F. Scranton, misionera metodista que funda la primera escuela coreana para mujeres; las primeras 123 universidades de EE.UU. que fueron inspiradas por la Biblia. Estos son apenas algunos de los rastros, que esta hermosa dama llamada educación, dejó en su camino de huida de Dios y sus palabras como fuentes válidas  para el  conocimiento de la verdad.

Este escape dejó al ser divino y a su libro, relegados y juzgados como una vana superstición, incapaz de ayudar a conocer la verdad o de enseñarla. La fuente de toda sabiduría es rechazada. Los filósofos europeos separan la razón de la revelación. Se duda de que sea posible el conocer la verdad. Filósofos como Foucault o Derrida empiezan a derrumbar las ideas que le dieron forma a Occidente. Al sacar al Creador de la ciencia y la educación se creyó que la mente humana es incapaz de conocer la verdad.

Esa bella dama llamada educación, hoy vaga sola, confundida, desprovista de Dios, de verdad, de principios y valores. Sus desesperanzados amantes perecen confundidos en los salones de clase, creyendo que son descendientes del mono, que Dios  no existe, que la Biblia es un libro de fábulas, mitos; que cada quien tiene su verdad o que en ultimas esta simplemente no existe. Y así, engañados y carentes de verdad, salen a enfrentar la vida.

El difunto pensador estadounidense Richard Rorty es uno de los responsables de las ideas que afirman que la verdad es una especie de ilusión construida con palabras, lo que ha conducido a declinar todo  intento de buscarla. Y sin verdad la esperanza desaparece. Y sin esperanza ¿qué nos queda? (Ver Verdad y Transformación, de Vishal Mangalwadi).

Nos queda la oportunidad de conquistar de nuevo a la esquiva dama para hacerla volver de nuevo a Jesús, el Dios de la verdad, para que pueda escuchar de nuevo su sabiduría y aplicar sus principios. ¡Nos queda el reto de construir una Colombia con los fundamentos de la verdad!

@feliperangel81