Del l afán solo queda el cansancio. ¿Qué necesidad tenía el Gobierno colombiano de forzar el anuncio de un acuerdo sobre justicia transicional con las Farc? Nadie lo estaba esperando, nadie estaba a la expectativa… Nada tampoco estaba realmente acordado, y lo que se presentó como un punto de no retorno resultó siendo tan sólo un documento en desarrollo. Como consecuencia de ello, a la esperanza inicial sucedió rápidamente el desencanto. Ni siquiera el Premio Nobel de Paz —¿alguien creyó realmente que les sería otorgado al presidente Santos y a alias Timochenko?— hubiera podido remediar el desaguisado. Por el contrario, dicho galardón sólo hubiera servido para resaltar lo evidente: la tremenda polarización que existe en el país, y que lamentablemente es hoy por hoy, junto a la desconfianza en las Farc y la propia irrelevancia de la guerra, uno de los peores enemigos del proceso y uno de los grandes riesgos de un eventual posconflicto.
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Ni el mejor abogado salva a su cliente de sus propias contradicciones. Y eso podría pasarle a Colombia en La Haya frente a Nicaragua. No cabe duda de que el equipo jurídico que asesora y orienta a Colombia está conformado por expertos del mayor prestigio, trayectoria y reconocimiento. Pero todo litigante sabe que hay procesos difíciles y causas imposibles. ¿Cómo defender a Colombia de sus propias palabras? Cómo defender a Colombia de sus propias salidas en falso, y en particular, del Decreto 1946 —el de la famosa “zona contigua integral”?
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La cosa no es sólo con Nicaragua. Es, prácticamente con toda Centroamérica y con todo el Caribe Occidental. Con una Centroamérica en cuya memoria histórica habita la imagen de una Colombia expansionista y que desde mediados del siglo XIX facilitó además el intervencionismo estadounidense. Y con un Caribe Occidental en el que la competencia por los recursos marítimos y la definición de derechos territoriales ocupará un lugar cada vez más importante en la agenda, al tiempo que se intensifican los desafíos relacionados con la protección del medio ambiente, la vulnerabilidad al cambio climático, la lucha contra el crimen organizado transnacional. ¿Cuál es, en ese escenario, la estrategia de Colombia, más allá e incluso a pesar de La Haya?
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Post-Scriptum. Recién concluyó el IV Congreso de la Red Colombiana de Relaciones Internacionales, celebrado en la Universidad ICESI (Cali). Qué emocionante ver en acción a nuevas generaciones de internacionalistas pensando al país en el mundo. ¡Y qué gran responsabilidad la de sus profesores!.
*Analista y profesor de Relaciones Internacionales