Así, como las cometas | El Nuevo Siglo
Viernes, 3 de Febrero de 2017

Por muchas razones de vida y memoria, amo a México. Es un país que tiene mi amistad, mi abrazo  y gratitud, por lo que es y representa, y por haberme dado la indescriptible bendición de una hija, luminosos amigos sin fronteras,  la profesión más linda del mundo, y unos inolvidables años de felicidad.

Sin embargo, ninguno de esos sentimientos me está guiando la mano al escribir la columna de hoy: La indignación que me produce la política de Trump frente a los mexicanos es mucho más que una  reacción de solidaridad con un país amigo: es una reacción  racional,   frente a la conducta irracional de un dictador anacrónico; un dictador electo (en este caso las dos palabras juntas  no implican  contradicción)  que en dos semanas ha puesto en jaque a buena parte de los latinos, a la Unión Europea, a los musulmanes, al mismo sistema judicial de los Estados Unidos,  y a todas aquellas razas, religiones, instancias y naciones, que él considera una amenaza para el país que le abrió las puertas  a sus abuelos. (Abuelos que en sus orígenes fueron tan humildes y migrantes como la gente que él hoy desprecia).

Tal vez lo único peor que un dictador, es un dictador amnésico; sin capacidad de mirarse al espejo y acordarse de dónde viene; un dictador que no distingue entre audacia y demencia; entre sentido de la gracia y sentido de la humillación.

¿A qué horas nos sucedió que un  megamillonario  monarca con fijaciones premedievales, aterrizara en el siglo XXI, convertido en un riesgo tan grave como los tóxicos que explotan destruyendo pueblos y futuros?

No me atrevo a decir si la suya es una ignorancia perversa, que lo tiene descontextualizado de la evolución que ha tenido la sociedad en los últimos 200 años; pero valdría la pena que en todas las democracias se exigiera a  los candidatos a la presidencia, el imprescindible requisito de saber leer el periódico. Leerlo completico y -si no es mucho pedir- comprender lo que dice. Por ejemplo, todo candidato presidencial debería saber por qué se levantó y por qué se  tumbó el muro de Berlin; por qué los inmigrantes no son delincuentes de oficio, y por qué detrás de cada burka no se esconde una mente asesina. Que todos conozcan el dolor/costo/fracaso de la guerra, y las oportunidades de construir y habitar la famosa aldea global, libre de tabús, de fronteras inservibles y marginaciones arbitrarias.

No ha habido en la historia reciente de América, un presidente que en tan corto tiempo haya desatado tantas tormentas y haya generado tanto miedo y rechazo como Trump.

México... tú, de pie; digno y firme. Maestro de culturas, gastronomía, artes y letras; de música y oraciones; de tradición y sentido; de color, mares y volcanes; de zócalos, catedrales y Chapalas. Maestro de maestros, de historia y calendarios: lo que te están haciendo es tan injusto como  indignante, pero acuérdate cómo se comportan  tus papalotes y nuestras cometas: mientras  más bravo tengan el viento en contra, más alto vuelan.

ariasgloria@hotmail.com