“Incluye matoneo, chantajes, amenazas de muerte y finalmente, muerte”
El juego virtual “La Ballena Azul” es un peligro real que puede costar la vida del niño o adolecentes que, de una u otra manera, se vea involucrado en él.
En el mundo, ya son cientos los jóvenes que se han suicidado, empujados a hacerlo por este juego malvado que nada tiene de juego. “La Ballena Azul” es más un asesinato bien planeado por sádicos; degenerados que disfrutan controlando y destruyendo vidas de jóvenes.
El asesino, quien controla el juego virtualmente, empuja poco a poco, durante 59 días, a sus víctimas a hacer cosas que los perjudiquen o lastimen, tales como cortarse la piel o clavarse agujas.
Progresivamente las tareas se van volviendo más agresivas y peligrosas. Por ejemplo, se los coacciona a sentarse al borde de un precipicio por horas. Luego, en los últimos días deberán cumplir con la orden final: suicidarse.
No parece posible que se pueda dominar a alguien de esa manera por internet. Pero, quienes lo hacen, son expertos manipuladores y usan técnicas bien conocidas de control y terror.
Esta columna pretende alertar a adultos y adolescentes que por algún motivo no se hayan enterado del peligro que significa este atroz “juego”. Quiero contribuir a difundir esta importante información.
Hay que estar atentos a cualquier cambio extraño en el comportamiento de los niños o adolescentes que conocemos, ya sea en su conversación o actitud; si tienen cortadas o rasguños sospechosos, si parecen acobardados, deprimidos o atemorizados, sin causa aparente. Se debe alertar inmediatamente a la Policía, si hay algún indicio. Puede ser cuestión de vida o muerte.
Este supuesto “juego”, que empieza con la simple tarea de poner al niño a pintar una ballena, para luego ir demandando de él otras tareas cada vez más difíciles, hasta llevarlo a la muerte, nada tiene de juego; al contrario, es un acto criminal, una práctica delictiva que se debe tratar como tal. Incluye matoneo de la peor clase, chantajes, amenazas de muerte y finalmente, muerte.
Al niño primero le han pedido toda la información sobre su persona; donde vive, con quién, datos sobre toda su familia, padres, hermanos, tíos. Información que luego se utilizará contra él, si no obedece.
Se sabe que la prueba final es el suicidio y los que se niegan a hacerlo, son amenazados con la muerte de sus familiares. Ya para este momento, el niño está tan aterrorizado que cree no tener alternativa.
Esto pone en evidencia el desmesurado culto a la violencia, la crueldad y el sadismo que enfrenta la sociedad moderna. Es también producto de la desintegración de la familia, la soledad en que viven los niños y la necesidad de pertenecer o ser aceptados en grupos, así sean virtuales, no importa su costo.
Todos los días, niños y adolescentes son bombardeados por toda clase de influencias externas, muy difíciles de controlar por sus padres o maestros. El internet, tan positivo y enriquecedor en muchos aspectos, también ha abierto una caja de pandora llena de peligros para víctimas inocentes. La falta de madurez y experiencia de los jóvenes los hace caer fácilmente en las redes de mentes malvadas que saben cómo atraerlos y enredarlos.
“La Ballena Azul” prueba hasta qué punto la juventud, inclusive la niñez, está siendo influenciada por redes sociales y los grupos de presión que se forman en ellas. Abramos bien los ojos; este horror hay que detenerlo.