Tremendo reto el que recibe este año 2020 la juventud colombiana, que tiene en sus manos como misión sacar este país adelante, conseguir la implementación de los acuerdos, liberarlo de la corrupción, de las maldiciones que lo agobian y de tantos vicios que frenan la paz, la democracia, el desarrollo, la equidad y tantas malas energías.
La “Juventud 2020”, actuará con sus pacíficas marchas, con sus cacerolas, con sus cantos por Colombia, con la sensatez, la sabiduría y la reflexión. Los adversarios de la “Juventud 2020” los sitúan en el izquierdismo y supuesta anarquía Rusa, porque se les agotó el castrochavismo.
Estamos en la antesala del nuevo año durante el cual son muchas las cosas que hay que remediar en esta patria, que ha visto con horror tantas cosas que transcurren y que impunemente son toleradas sin pudor. Ascensos militares y de policía “rifados” por un Congreso trasnochado y apadrinados por un Ejecutivo, que no entienden la deshonra en la que colocan a nuestro cuerpo armado “tapando” la corrupción con inexplicables y misteriosas vacaciones de los investigadores para enterrar corruptelas de superiores en el mando.
La “Juventud 2020” quedará perpleja desde esta misma semana, ante una reforma tributaria aberrante, repleta de injusticias para los pobres, pero servilmente ahíta de canonjías para los poderosos.
La nueva mermelada, ha jugado papel trascendente desde el 7 de agosto de 2018. Con ella evacuaron leyes, opacaron normas, impidieron mociones de censura y escondieron actos administrativos nocivos y ultrajantes para la sociedad y para la “Juventud marchante”. Falsos positivos, lobby parlamentario, asesinato de líderes, minería ilegal, injusticia, restitución de tierras, etc.
Es probable que el Presidente Duque tome un camino abierto, despejado y de esperanza para un país que reclama otro rumbo. No se trata de golpes de Estado. Muchos critican su manera de manejar la nación, que sus partidarios defienden a morir, para defender la lonchera.
La institucionalidad colombiana tiene capacidad suficiente para superar las adversidades y es allí a donde debe llegar el Jefe del Estado para alcanzar los objetivos prometidos en campaña, pero malogrados por sus íntimos partidarios.
Por ello son esperanzadoras las palabras de su mensaje navideño, rubricadas por la Primera Dama. Invitaron a Colombia a “ponerse en los zapatos del otro. Si logramos pensar en el otro, escuchar su historia y entender su argumento, partiremos de la mejor base para que, entre todos, sigamos construyendo mejores hogares y un mejor país” Esa ha sido la meta de la Juventud marchante y del país entero: ¡que el Presidente escuche! y se ponga en los zapatos de todos, no de una parte de los colombianos.
Si se ponen en práctica esos propósitos, la “Juventud 2020” y esta nación, estaríamos entrando por la puerta de la grandeza. Si se remedia lo mal actuado, pisaríamos firme el derrotero de la paz, la equidad y el desarrollo para toda una nación próspera.
BLANCO: Duque le prometió a Felipe González implementar los acuerdos.
NEGRO: La salida del Minsalud Uribe. El sobresaliente.