Creía que era cosa del pasado ya que desde 1949 el uso de esta sustancia fue prohibido por un protocolo adicional del Convenio de Ginebra. Sin embargo, la coalición internacional que encabeza Estados Unidos en Siria contra el terrorismo del Estado Islámico sigue lanzando bombas con fósforo blanco para producir incendios masivos, demarcar territorio y desmantelar refugios de miembros de Isis, por estos días con intensidad máxima en la provincia de Deiz ez-Sor, advirtiendo que se respeta la vida de la población civil.
Ese método de combate, así se utilice con el objetivo de crear humo y realizar operaciones de camuflaje viola los derechos humanos, expone a quemaduras dolorosas, degrada la guerra. Existe razón para combatir grupos de la yihad perversos y mal intencionados, los daños que causan los obnubilados son terribles, no obstante la utilización del elemento es reprobable, desacertado situarse en igual nivel al de los asoladores, repetir los horrores del efecto de incursiones toxicas que proliferó durante las guerras mundiales, en Corea y Vietnam, a las cuales recurrió también en Irak el dictador Hussein, desesperado ante su inminente derrota, empleadas igualmente en la franja de Gaza y en el conflicto de Ucrania, contradictorio acusar al presidente Sirio Al Asad de haber usado gas cloro y sarín en la localidad de Duma, ocasionando la muerte de opositores a su régimen y lanzar fosforo blanco dentro de la estrategia internacional para acabar con Isis en el mismo y convulsionado país.
Con la actual tecnología son insólitos los ataques mencionados, el argumento de que se trata de acciones complementarias en el empeño de desactivar a Isis no convence y la Organización de Naciones Unidas tiene la obligación de ratificar el veto. La locura de dichos fanáticos que persisten en la destrucción planetaria debe enfrentarse solidariamente, el castigo a los responsables nos compromete, se trata de la defensa colectiva del género humano, arrollar peatones en Barcelona, Cannes o Londres, colocar poderosos explosivos en centros comerciales, secuestrar personas, torturarlas y degollarlas, destruir monumentos históricos, tiene que frenarse, hay coincidencia de propósitos, pronunciamientos de Rusia, de Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, China, pueblos desarrollados y atrasados, participación de organizaciones no gubernamentales, de dirigentes políticos y religiosos incluyendo a la mayoría musulmana opuesta al errático accionar terrorista, empero evitemos poner en peligro la vida con química letal, inexacto que su empleo no afecta a los habitantes civiles de áreas en pugna.
Como hay quienes defienden el bombardeo tóxico, en primer término militares de la alianza, ojalá que Colombia respalde su prohibición en la ONU, la muerte es inexorable y es inconsecuente producirla con fósforo blanco en nombre de la civilización.