CAMILO HERRERA MORA | El Nuevo Siglo
Sábado, 3 de Marzo de 2012

¿Todos deben ser leídos?

El problema no es que la gente opine, escriba, bloggee, twitee o postee, sino que esas opiniones, textos, comentarios, posiciones y definiciones van a ser leídas por otras personas que por cargas culturales pueden considerar que “Scriptum Scriptum Est”, y esa condición de escribir se fusiona con la responsabilidad de lo que se dice.
Desde pequeños se nos crió con la premisa de que lo que está escrito es verdad y eso nos llena de responsabilidad a los que escribimos de una u otra manera, a menos que estemos hablando de ficción, donde la responsabilidad del autor se diluye con el arte de su oficio; mas, hasta en este escenario, existe una responsabilidad del escritor con su misma estética.
Hoy todo el mundo escribe y todo el mundo lee, lo cual es una revolución del conocimiento sin precedentes, pero esto no significa que debamos leer todo ni mucho menos a todos; hoy los bloggeros escriben su opinión sobre un tema sin ninguna preocupación porque no tienen un proceso editorial que los abarque, y así pueden decir lo que sea sin ninguna responsabilidad, mientras que columnistas y periodistas deben tener total control de lo que informan u opinan o, de lo contrario, se verán demandados por sus palabras, como bien ha ocurrido en los últimos años en la prensa nacional desde Claudia López hasta Óscar Collazos.
Leer un texto que viene con un sello editorial reconocido por su calidad, prudencia, aporte y transparencia asegura que el contenido de lo leído sea responsable, así las noticias, novelas u opiniones sean controversiales.
Por el contrario, el mundo on line está lleno de textos, opiniones, juegos de palabras, verdades a medias, ficciones que dicen disfrazar verdades y verdades que no pasan de ser ficción, porque todo el mundo puede escribir. Que todos podamos escribir y leer lo que los demás plantean es una revolución espectacular, no obstante es fundamental que exista un filtro editorial de alguna manera para asegurar la calidad y responsabilidad de los contenidos.
Todos sabemos cocinar, todos sabemos cantar, todos sabemos pintar, pero eso no nos hace ni chefs ni cantantes ni pintores. Poder hacer una cosa no significa hacerla bien ni mucho menos asumir la responsabilidad del arte u oficio.
Debemos saber dónde leer, y eso sólo se hace por medio de procesos editoriales, no en espacios donde escribir sea libre, porque de lo contrario simplemente estaremos leyendo una idea sin respaldo que al asumirla como verdad nos llevará a ser reproductores de verdades a medias.
Colombianada. Hoy en Colombia tiene más fuerza un twitteo que un titular.
@Consumiendo