CAMILO HERRERA MORA* | El Nuevo Siglo
Viernes, 15 de Febrero de 2013

Elogio a la mentira
Todos mentimos y nos beneficiamos de eso. Nuestra cultura y religión nos piden no hacerlo o decir que no lo hacemos pero obviamente esto es imposible, porque es inherente a nuestra condición humana.
Yo miento, tú mientes, él miente, nosotros mentimos, vosotros mentís, ellos mienten. ¿Por qué lo hacemos? Depende en cada caso: decimos mentiras para que nuestros hijos no sufran o entiendan lentamente las cosas, como el caso de las abejas o que estamos llorando porque se nos metió una mugre en el ojo; o bien tenemos mentiras como decirnos a nosotros mismos que todo va a salir bien o que mañana será otro día, mas es un ánimo de coger fuerzas, dejando la realidad atrás.
La mentira es una estrategia social que usamos mínimo una vez al día, y escuchamos muchas otras en el mismo tiempo, y en general no lo hacemos para hacer daño sino para hacer las cosas más fáciles a los demás y a nosotros mismos, y esto va desde decirle a alguien que se ve muy bien y hasta unas hojas de vida redactadas con demasiada imaginación y creatividad.
Básicamente no podríamos vivir en un mundo sin mentiras. Sería vivir en un escenario donde te dicen que estas gordo, que hueles mal, que no le caes bien a la gente, que no te quieren ayudar, que no les gustas y hasta que el gobierno simplemente no puede hacer todo lo que tiene que hacer. Un buen ejemplo son las fiestas, cenas, regalos y viajes sorpresa que siempre van sazonados con una serie de dulces mentiras que nos permiten un gran momento de felicidad.
Estamos acostumbrados a la mentira pero juzgamos a las personas por ellas: algunos dicen que una mentira opaca mil verdades, y que es mejor decir la verdad y asumir las consecuencias, pero todo esto lo decimos de dientes para afuera y cuando esas mentiras nos afectan, duelen, ofenden, nos hacer perder tiempo, dinero y confianza, pero la verdad es que en muchos casos esperamos que nos digan lo que queremos oír, eso casi nunca es la verdad.
Por eso siento que es momento de hacer un elogio a la mentira. Porque muchas veces nos ha ayudado y solucionado muchas situaciones, y también porque hemos sido víctimas de ellas, y en el camino hemos aprendido de estas lecciones. ¡Viva la mentira!
Colombianada. Papá, ¿cómo el Niño Dios que me trae los regalos es Jesús el que murió en la cruz? Gracias a Dios es Dios y podemos explicarlo.
@consumiendo
*Presidente de Raddar