Colombia es un país de marcados contrastes, en donde las estadísticas más parecen una contabilidad por partida doble de nuestra pungente realidad. Si bien entre 2010 y 2017 la pobreza monetaria absoluta bajó sensiblemente, al pasar del 37.2% al 26.9%, según la OCDE, Colombia es el país más desigual de Suramérica, el segundo en Latinoamérica después de Haití y el cuarto en el mundo (¡!). La tasa de desempleo en los últimos diez años, según el Dane, pasó de dos dígitos en el 2008 (10.8%) a un solo dígito en 2018 (8.8%), pero, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la informalidad laboral en Colombia es la más alta del mundo con el 61.3%.
Según la Fiscalía General de la Nación, la tasa de homicidios de 2017 fue la menor en los últimos 42 años con 11.781 crímenes; pero, al mismo tiempo, según la Directora de Incidencia Política para Colombia de la organización internacional Save the Children, Luz Alcira Granada, Colombia ocupa el tercer lugar entre 175 países, con la tasa más alta de homicidio infantil en el mundo.
Al propio tiempo, según la más reciente encuesta de Gallup, la precepción que tienen los colombianos sobre su futuro no es alentador. A la pregunta de si consideran que “las cosas en Colombia están mejorando o empeorando”, un 72% responde que está empeorando y sólo el 15% responde que está mejorando. Pero, más preocupante que la cifra misma es la tendencia que muestra la encuesta, pues sólo cinco meses atrás el 23% respondió que las cosas estaban empeorando y un 59% que estaba mejorando.
Otro indicador que es motivo de preocupación es el de la confianza del consumidor. Según Fedesarrollo dicha confianza, que venía teniendo un buen comportamiento desde el cuarto trimestre de 2017, empezó a revertirse desde julio de este año, hasta registrar en noviembre de este año un balance de -19.6%, su valor más bajo desde marzo de 2017. Es de anotar que la demanda en Colombia tiene un peso específico en el PIB de Colombia del 65%, razón de más para preocuparse por la incidencia que puede llegar a tener en el crecimiento de la economía esa pérdida de confianza del consumidor.
Pese a todos estos nubarrones, según la más reciente encuesta de Gallup International y el Centro Nacional de Consultoría este año, mientras el Índice de Optimismo Latinoamericano pasó del 37% al 16%, en Colombia, en cambio, pasó del 18% al 20%, dos puntos porcentuales más. Es más, según la misma encuesta 59 de cada 100 colombianos se sienten felices, lo que le mereció a Colombia ocupar, nuevamente, el segundo puesto en el mundo, con un puntaje de 88/100, apenas superada por una isla perdida en el Pacífico llamada Fiyi, en el barómetro de la felicidad. Es decir que, en Colombia, como se dice coloquialmente, vivimos felices y contentos o mejor, como se dice coloquialmente, jodidos pero contentos.
*Miembro de Número de la ACCE