Cómo creer en la justicia | El Nuevo Siglo
Jueves, 23 de Agosto de 2018

Que difícil se ha vuelto en Colombia creer en la justicia, cuando esta glorifica y premia a los violadores de niños en nombre de una rebelión. Si bien es cierto que para que exista la paz entre los alzados en armas y el Estado es necesario hacer concesiones, también es cierto que miles de colombianos han sufrido el atroz flagelo de sus violadores, llámese guerrilleros, paramilitares o miembros de las fuerzas armadas.

Con el equivocado fallo de la Corte Constitucional declarando inexequible el artículo que colocaba las violaciones y abusos sexuales contra menores fuera de la jurisdicción ordinaria, sino lo contrario dejando a la JEP estos delitos atroces y al reconocimiento de la verdad y reparación de las víctimas con el compromiso de no repetirlo. Es decir, según la Corte, las violaciones sexuales a niños y demás es un acto de guerra.

Es increíble la falta de sensibilidad humana de esos magistrados, que por sus sesgos ideológicos, por sus simpatías hacia los guerrilleros o quien sabe que otro tipo de intereses velados existan, imparten justicia favoreciendo a los violadores y criminales ubicando sus terribles actos en manos de otros jueces cargados y favorecedores de los guerrilleros violadores, quienes impartirán penas blandas o absoluciones de las barbaries de esos criminales.

Pero es que eso no solamente muestra el verdadero cuadro de la justicia, es solo ver como las altas cortes emiten fallos favoreciendo a los criminales y condenando inocentes. Personas que por indicios han sido condenadas, mientras que otras infraganti son exoneradas, casos hay muchos y no me voy a poner a enumerarlos. Solo por ejercicio veamos los miles de procesos que se encuentran en la sala de casación de la CSJ, años sin resolver y todo atribuible a exceso de trabajo. No es justo que en un país social de derecho, exista esa indolencia y prepotencia de la justicia sin importar el bien común y la necesidad ciudadana.

A lo anterior hay que agregarle los escándalos de corrupción de altos magistrados, enjuiciados, encarcelados y otros condenados, por favorecer delincuentes con fallos comprados o por pedir dinero a cambio de ello.

La justicia es el pilar más importante de una democracia, los ciudadanos debemos inclinarnos ante la majestad de una justicia limpia y transparente, ponernos en  manos de ellos, sin dudas con certeza de su probidad, pero cuando vemos altísimos magistrados acusados de corrupción, a un fiscal anticorrupción extraditado en contubernio con altos magistrados de la corte en una industria de corrupción, tarifando y vendiendo fallos, a otro pidiendo dinero por favorecer conceptos y finalmente sentencias como la de favorecer a los guerrilleros violadores, se pierde toda fe y esperanza en nuestra justicia.

Nada hiere más el corazón de un pueblo que ver la justicia vendida y acomodada a sus propios intereses, sin importar el sentimiento y confianza de un pueblo.

A todas estas, existen jueces y magistrados honestos y cumplidores, loor a ellos.

arangodiego@hotmail.com