Por lo menos durante 15 milenios se venían proyectando en Asia, para su propio territorio, y hacia el mundo, luces y sombras antes de la fundación de Roma (753 a.C.), que atrae hacia el Occidente, a la que sería Europa, gran liderato cultural y religioso, con hechos que difundirían luz u oscuridad. Va creciendo ese liderazgo europeo hacia Occidente y Oriente, con dominios en Palestina, en donde nacería Jesucristo, en la humilde Belén, de cuyas luces nos ocupamos en entrega anterior. Viene influjo de Roma en lo militar, con dominios en múltiples Países, en distintos estilos de gobierno hacia los otros Continentes.
Allí, en Europa, han sobresalido Naciones como Grecia, Francia, Alemania, Italia, España y Portugal, Inglaterra e Irlanda. Los Dominios Pontificios, fuera y dentro del Vaticano, en lo gubernamental con múltiples sombras, pero en lo religioso y cultural, en general, con esplendente luz, aunque no sin sombras en algunas figuras, las que se diluyen con luminarias de extraordinaria proyección. Cuantos avances de han proyectado desde las mencionadas Naciones, y otras más, verdaderas luces, aunque con grandes males (sombras), como caprichosas guerras que lamentablemente continúan, algo que reclama diálogos y caminos pacíficos de solución, evitando dolorosas mortandades.
Al llegar, en 1492, el “Descubrimiento de América”, grandes luces aparecieron en este “Nuevo Mundo”, tanto al Norte como en el Sur, con culturas y fe religiosa de Mayas e Incas, especialmente, luego, en avances de Conquista y Colonia, ensombrecidas por lamentables abusos, pero con portadores de luz como la propia Virgen María, con su atrayente testimonio de maternidad, y la labor suavizante de sacrificados Misioneros, como los Jesuitas Juan de Brébeuf y compañeros, en Canadá, el Dominico S. Luis Beltrán y el Jesuita S. Pedro Claver, en Colombia, y el gran Obispo Español Sto. Toribio de Mogrovejo, en Perú.
Accidentada ha sido la historia en cada una de las secciones de este gran Continente, con testimonios iluminadores de líderes de Independencia como Washington, Bolívar y S. Martín, ponderados Presidentes como Franklin D. Roosevelt, O´Higgins y García Moreno, aunque con sombras como el invasor Teodoro Roosevelt o el perseguidor Tomás Cipriano Mosquera. Múltiples guerras fratricidas han ensombrecido las distintas Naciones del Continente, pero esfuerzos las salidas continentales han traído luz en varios momentos.
Las situaciones en el “Novísimo Continente” de Oceanía son en gran parte de luces, por laboriosidad de las gentes en tierras no muy feraces, el espíritu acogedor a los inmigrantes, la apertura al cultivo religioso con variedad de creyentes cristianos, con entusiasta Congreso Eucarístico en Sídney en 1953, y en Melbourne 1973 y peregrinación del Papa S. Juan Pablo II en Australia y a Islas Fiji, en 1986. Gran luz en este Continente la presencia del Santo joven misionero francés, mártir de la fe, S. Pedro Chanel (1830), quien 11 años evangelizo las Islas Fiji, con base en Fotuna.
“Luces y sombras” que seguirán con los pasos de la humanidad por todos los tiempos, agradeciendo a Dios las luces del pasado, colaborando en la difusión de ellas, y, con esfuerzo por alejar las sombras, con la ayuda de lo Alto.
*Obispo Emérito de Garzón
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