El resumen de la semana pasada para las elecciones en Bogotá es que salieron del juego cuatro de los competidores. Habían estado haciendo pre-campaña como de jefes de debate en torno de la candidatura más consolidada de los que se autodenominan las fuerzas “alternativas” o en otras palabras, de la izquierda. Lo obvio es que se empiece a decantar el rumbo de las elecciones de octubre. Aprovecho para rechazar cualquier intento de intervenir, por parte de la izquierda o de la derecha, la atención de los electores con papeletas, consultas y consulticas sobre cualquier tema que pueda ser resuelto por las leyes vigentes. En el entre tanto quiero de nuevo convocar a los competidores por la Alcaldía a que nos comprometamos con una lucha frontal contra la corrupción y clientelismo en caso de quedar electos. Compromisos éticos que el electorado demanda con toda la razón después de ver casos horribles de abuso de poder en el pasado y que tenemos que empezar a eliminar.
1. Comprometámonos a no nombrar a ningún familiar en la administración que dirijamos en caso de salir electos y hacer extensivo este compromiso a los secretarios y funcionarios de libre nombramiento y remoción, para que ellos a su vez, se abstengan de llenar las entidades de familiares.
2. Si las familias de los elegidos tienen fundaciones, corporaciones o empresas contratistas con el Estado, comprometámonos a no otorgarle contratos de manera directa o por interpuesta persona.
3. Abstenerse de nombrarle familiares a concejales, diputados, ediles en cargos del distrito, municipios o gobernaciones. No al clientelismo para tener gobernabilidad ni pagar favores.
4. Hermanos, papás, tíos, sobrinos, esposas del Alcalde/sa estarán excluidos de la contratación y nombramientos públicos. No hay nada más patético que un funcionario usando su poder que nombra a sus parentelas para conseguir favores y “gobernabilidad”.
5. No admitir en el equipo de campaña ni de gobierno la inclusión de procesados o investigados por corrupción. Ni a colaboradores que hayan trabajado de la mano con corruptos y políticos o funcionarios cuestionados.
6. Denunciar en caso de evidenciar casos de corrupción en la administración que se dirige, cualquier indicio de mal uso de los recursos públicos, aunque nos cueste el puesto.
1. Transparencia absoluta en la contratación garantizando la publicación de todos los procesos de ejecución de los recursos públicos.
Al año en Colombia se pierden por efectos de la corrupción más de $50 billones. No nos podemos dar el lujo de elegir a los mismos grupos de politiqueros y corruptos de siempre para que se sigan enriqueciendo los bolsillos. En Colombia se ha creído que es legítimo armar empresas familiares para ejercer la política y lo que resulta es que esas monarquías locales saben aprovechar muy bien el presupuesto público que administran y que utilizan para financiar las costosas campañas políticas y garantizar las siguientes elecciones. Poco o nada les importa el bien-estar de las personas que gobiernan y que votaron por ellos. Mientras en Colombia se le siga rindiendo pleitesía a la clase política tradicional, las opciones de cambio serán muy escasas.
Yo me comprometo con cada uno de estos puntos y todos los consignados de manera expresa en la ley. ¿Qué dicen los otros candidatos y pre-candidatos por la Alcaldía de Bogotá, se comprometen?