“Corrupción se batalla de frente y sin miedo”
Los costos ocultos de la corrupción son incalculables. El impacto de la plata que se roban no sólo no se traduce en penas ejemplares en la cárcel para los irresponsables que creen que Colombia y sus instituciones son para su uso propio, sino que las condenas reales son para los colombianos que por terminamos pagando por lo no hecho.
La semana pasada la Procuraduría sancionó a la Directora Administrativa y Financiera de la Administración de Alfonso Prada por el contrato de construcción de un edificio del Sena ubicado en la calle 57 con carrera octava en pleno corazón de Chapinero en Bogotá, el cual nunca salió de la tierra. La sanción y suspensión es de 10 meses. Sin embargo, el costo del edificio es de $19 mil millones y lleva más de 3 años de atrasos. Sanción irrisoria aunque aún falta el veredicto de 12 más. La responsabilidad de la “modernización” de la infraestructura la asumió el mismo Alfonso Prada en su informe final a la Contraloría General de la República. Se ufanó de poner cuanta primera piedra pudo con fotos y entrevistas incluidas, pero no fue capaz de poner la cara cuando llegaron las consecuencias de la mala administración. Y no va a poner la cara para solucionar el impacto a los colombianos.
Utilizando el poder muchos de estos personajes amenazan soterrada y cobardemente a las personas y las familias que nos atrevemos a alzar la voz en contra de la corrupción. Juegan a pasar de agache y a que la gente se le olvide. Pero no. En el Sena se necesitarán por lo menos 19 mil millones de pesos adicionales para poner las últimas piedras de cada una de estas obras. Lo dramático es que no se cuantifica el detrimento en la productividad de los funcionarios que no tienen un lugar digno para trabajar, los aprendices que no tienen ambientes de formación aptos y los empresarios que a través de sus impuestos financian el funcionamiento de la entidad.
Eso en el Sena, pero, ¿qué pasa con miles de millones de pesos que se roban a nivel nacional en el Programa de Alimentación Escolar en las entidades territoriales? Es el caso de Bogotá en dónde según investigaciones el cartel acordado entre empresarios cobró cerca del 40% de sobrecostos en los alimentos de los niños. En este caso el costo oculto de la corrupción se cuantifica en las calorías no consumidas por los niños y su repercusión en el desarrollo físico. En las obras de movilidad el costo oculto de la corrupción son los trancones que vivimos en Bogotá por la carencia de vías que se podrían haber hecho si no se hubieran robado la plata.
La corrupción es muy costosa y tenemos que entender que es un asunto que nos concierne a todos. No solo es propia de los políticos, sino de los empresarios también. Para combatirla hay que estar dispuesto a dar batallas donde no solo lo echen a uno del puesto, lo desprestigien, sino en donde uno esté dispuesto a que familiares y amigos respondan ante la justicia por sus actos. La corrupción se batalla de frente y sin miedo y se le gana solo si uno tiene los principios bien puestos.