Desde que empezó la pandemia hemos soñado con la vacuna. Cientos de minutos de nuestras vidas en el 2020 se fueron en hablar de cuándo los científicos nos iban a dar la gran noticia de que por fin la habían descubierto. Fuimos conscientes de la necesidad de la misma para poder salir de este hoyo en el que terminó metida la humanidad. Esa es la razón por la cuál toda esta semana hemos hablado, con mucha preocupación, sobre qué es lo que ha pasado con la compra de vacunas para Colombia.
Poca claridad y mucho secretismo han rodeado este asunto. El gobierno nacional nos pide que confiemos, que en febrero empezáremos a ver el plan de vacunación en marcha. Sin embargo, a estas alturas cuando ya vemos que Chile, Argentina, Costa Rica y México empezaron su proceso, no estamos hablando de una cuestión de fe sino de que nos digan de verdad qué es lo que está pasando.
Para los acérrimos defensores del gobierno nacional pareciera un pecado atreverse a cuestionar y a preguntar dónde están las vacunas. Pero es imposible no hacerlo, cuando al compararnos con países similares a nosotros, evidenciamos una falta de celeridad en el proceso de adquisición por parte nuestra. Ya está bueno de decirnos que estamos hablando de acuerdos de confidencialidad que exigen las farmacéuticas para poder hacer la compra de sus productos, que las vacunas llegarán y que empezaremos esta jornada en febrero. ¿Qué día de febrero? ¿El primero, el quince, el veinte? ¿Cuándo exactamente vamos a empezar a vacunar? Esa es la respuesta que tiene que dar ya el gobierno nacional.
Todo el 2020 nos enseñó lo que era enfrentar este nuevo fenómeno, nos abocó a una gran crisis económica y debió habernos mostrado la importancia de estar listos para la llegada de la vacuna, pues era la “solución” que añorábamos. Tristemente, hoy por más contratos firmados, que no sabemos si los hay, ya estamos rezagados, pues la vacunación empezó en muchas partes del mundo y aquí todavía no. Es cierto que no por mucho madrugar amanece más temprano, pero estadísticamente quien empieza primero la tarea alcanza más rápidos sus objetivos. Así que para aquellos que dice que Argentina, México, Chile y Costa Rica empezaron a vacunar con una cantidad pírrica de dosis, yo les respondo que por lo menos ya empezaron. Aquí ni siquiera eso.
Necesitamos comunicación clara por parte del gobierno, no sólo un programa de televisión que no permite el cuestionamiento ni la interacción. Es un absurdo que no se pueda preguntar ni objetar en un espacio que se construyó en aras de la transparencia y la información. Por eso hay tantas dudas frente a las vacunas, por la forma en que comunican, porque no se permite ningún tipo de interrogante y porque todas las tardes a las seis, hablan ministros y presidente sin que nadie pueda cuestionar. Pero además, porque no hay claridad de exactamente cuándo vamos a empezar a vacunar.