Este año va acelerado. Entramos a febrero mes que el 9, celebra el día del periodista, y se hace entrega de premios. Pero será un 9 triste y empañado, por hechos que malogran y ponen en serio peligro las libertades de prensa y expresión, baluartes de la democracia.
El nuevo gobierno ha permitido actuaciones de funcionarios que pueden atentar contra la tradicional independencia. Hay certeza de que esa no es la voluntad del Presidente y que ello nace de los halagos que buscan subalternos ávidos de lisonjas.
La persecución a los periodistas es explicita. Se aprecia el odio y la rabia contra ellos. La Fundación para Libertad de Prensa, FLIP, ha sido el único gremio en pronunciarse sobre estos atropellos. El CPB, que se creó hace más de 60 años para proteger, defender, abrigar y custodiar la libertad de prensa, se ha hecho el de la vista gorda. Seguramente teme que el Presidente Duque y altos funcionarios del Estado no participen en las celebraciones del 9 de febrero, cuando hace entrega de premios a los mejores periodistas del año.
Curioso que un gremio que no vigila las libertades, ni defiende a los periodistas se arrogue el derecho a galardonar a los profesionales de las comunicaciones, a los fiscales de la sociedad. Esos premios pueden carecer del honor y la pureza que exige un trofeo de esas calidades.
El último episodio que se conoce, fue el que se registró en RTVC, entidad que censuró la serie “Los Puros Criollos”, del colega Santiago Rivas, porque se atrevió a criticar el proyecto de Ley de las Tic, ante las tenebrosas disposiciones que incluía para amordazar la libertad de expresión. Y también están los ultrajes a Vicky Dávila por parte del CD, a Daniel Coronell por la Fiscalía, a Samper Ospina por el “presidente eterno”, la mordaza a los periodistas de la Radio Nacional y tantas afrentas más.
El único gremio en protestar fue la FLIP. Hay que destacar el coraje de la FLIP. ¿Qué pensarán don Guillermo Cano y tantos mártires nuestros del cómplice silencio de un CPB, que ahora actúa como fábrica de premios, coronas y medallas?
Es impensable que Duque actúe mordaza en mano. Él tiene otra manera de actuar. Por ejemplo, no ha acudido al famoso: “pasemos a la siguiente pregunta”.
Este 9 de febrero, el Presidente tiene la oportunidad de fijar la posición de su gobierno frente a las libertades de prensa y expresión. Y aclarar de una vez por todas, si los medios estatales, como RTVC, los canales de los departamentos y ciudades seguirán siendo “varas de premio” para compensar a los colegas que se hayan prestado para encumbrar a los funcionarios encargados de otorgar jugosos contratos. Estos medios deben tener otra filosofía y otro destino diferente al de atajar la crítica y adular al funcionario de turno.
Esa es la única manera de garantizarle a Colombia libertad de prensa y democracia.
BLANCO: La revista Semana se refinancia, pero conserva su independencia.
NEGRO: Los atropellos de Maduro a los periodistas colombianos.