Diego Arango | El Nuevo Siglo
Jueves, 28 de Abril de 2016

Que sabemos de terremotos

NUNCA se sabe cuándo y dónde nos pueda tocar. Los temblores de tierra son avisos previos a un terremoto, este puede ser de pequeña intensidad o enorme proporción. Puede suceder en terrenos montañosos o cadenas volcánicas, así mismo como en costas o en alta mar. La geofísica, la ciencia y los observadores sismológicos cuentan con sofisticados instrumentos de altísima confiabilidad que advierten los movimientos de la tierra. Los estudios geológicos detectan las zonas de mayor movimiento, pues la tierra en su interior y superficie se mantiene en constante movimiento conocido como  microsismos, que son imperceptibles a los humanos, mas no así a los animales ni a las plantas, pues ellos poseen una mayor sensibilidad a estos fenómenos.

 

La tierra es un organismo vivo que se comunica entre sí. Posee unas doce placas tectónicas de setenta kilómetros de grosor cada una. Cada placa genera una energía relativa que se intensifica debido a los movimientos micro-sísmicos y cuando dos de ellas se rozan, producen los temblores de tierra y si la liberación de energía es mayor, se produce un terremoto o maremoto trayendo enormes consecuencias a la corteza terrestre a causa de la energía liberada, los movimientos y fracturas de superficie. Ahora, si el hipocentro del terremoto se origina en zonas de alta actividad, golpea más violentamente al epicentro produciendo una onda expansiva al interior de la tierra que sacude las placas en un amplio contorno a una velocidad interior entre 8 a 13 kilómetros por hora en ondas longitudinales, si estas son secundarias o superficiales su velocidad es menor.

Pero la gran pregunta que nos hacemos es que si existe tanto control e información sobre la actividad de la tierra, ¿Por qué siempre nos toma de sorpresa un terremoto? Bueno, la respuesta es que un temblor se puede detectar en pocos minutos más no en horas y menos días, aquello hace que este llegue de sorpresa, además nunca se puede predecir la intensidad del mismo, así mismo como puede ser un pequeño sismo, podría tratarse de un tremendo cataclismo o tsunami.

 

¿Qué hacer entonces en caso de una sacudida de la tierra?: primero saber que es impredecible; segundo, depende del grado que registre porque el movimiento puede ser en principio suave, pero de repente se puede intensificar y replicar hasta por varios días, aun la réplica podría ser mayor. Existen muchos manuales instructivos que se pueden consultar por internet, recomiendo buscarlos. Pero debemos saber que estamos en manos de la naturaleza y solo Dios tiene la última palabra, no los hombres. No creamos en profecías de este tipo, no se sabe ni el día ni la hora, son especulaciones que generan terror.

arangodiego@hotmail.com