Diego Arango* | El Nuevo Siglo
Jueves, 5 de Noviembre de 2015

Reflexiones sobre el Sínodo

 

LUEGO  de tres semanas de deliberaciones sobre la familia, muchas cosas se discutieron entre los padres sinodales, pero entre todas fueron algunas las más significativas por ser polémicas y generar expectativas en torno de los católicos, pues mucho se especuló que se iban a cambiar aspectos doctrinales. No se tocó la doctrina ni su desarrollo, ni hubo sorpresas o cambios, lo que despejó dudas a los más escépticos. El Papa Francisco fue enfático al decir que la doctrina no será tocada ni en su forma ni en el fondo. Tampoco se produjeron modificaciones en la práctica ni en la disciplina.

A lo anterior, reafirma la Iglesia, que el matrimonio y la familia son uno solo, entre un hombre y una mujer como ha sido siempre, algo que despeja las inquietudes sobre una posible aceptación del matrimonio gay. No obstante el documento en el artículo 76 dice que no existe posibilidad alguna de que el matrimonio homosexual se equipare al heterosexual ni por analogía ni menos por asimilación, que no hay fundamento para que se desnaturalice el plan de Dios en el matrimonio y la familia. Por lo tanto la Iglesia no acepta las uniones de parejas del mismo sexo y por supuesto tampoco la adopción de niños. Sobre la vida la Iglesia se reafirma en ella, no concede validez a los anticonceptivos y rechaza tajantemente el aborto y las presiones jurídicas de algunos Estados tratando de aprobar estas prácticas que son contrarias al plan salvífico de Dios.

En el tema de los divorciados y vueltos a casar la Iglesia pide comprensión y acompañamiento, acercamiento a Dios y una vida más cercana al Evangelio. En cuanto a poder recibir el sacramento de la comunión, la Iglesia dice que aquellos cuya forma de vida se enmarque en una vida cristiana, para lo cual instruye a los sacerdotes conocer la vida de aquellos esposos que se encuentren en dicha situación, en ofrecerles acompañamiento, poner su caso en conocimiento del obispo, observar el comportamiento de educación cristiana de los hijos, en mantener una vida decorosa y lejos de escándalos y en atención a que la disolución de ese matrimonio fallido no tenía ninguna posibilidad de reconstruirse y que en realidad nunca existió, por lo tanto accede a la nulidad, para lo cual el Papa indicó que tanto el tiempo como el costo debe ser disminuido significativamente.

Total que en este Sínodo, el documento final según los padres sinodales es una exhortación de amor al matrimonio y la familia y a los hogares felizmente casados con sus hijos como agentes evangelizadores y adecuados a la moral cristina como el plan de amor en el corazón de la vida familiar.

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*Presidente Canal Teleamiga Internacional

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